A veces, la televisión parece un "mundo paralelo" al de la realidad. Se discuten temas y se debaten cuestiones que no se tratan, ni por asomo, en las reuniones familiares, en las charlas con amigos o en los diálogos de ascensor, de pasillo o de oficina. Algo de eso le pasaba a Intrusos cuando lo encabezaba Jorge Rial. Había un chat oficial en el que se decidían notas y entrevistados, y otro "clandestino" -del que no participaba el conductor- en el que se ventilaban internas y se les sacaba el cuero a unos y a otros, incluido JR.
Pero había una curiosidad: Rial estaba al tanto de todo lo que se decía y se opinaba en "ese antro". Había alguien que lo "dateaba". Un infiltrado. Un topo. Un espía. Un "buchón", como se diría en la jerga callejera o en el idioma tumbero, que le permitía hacerse de la info incluso si el blanco de los comentarios o las bromas era él. Y cuando los demás integrantes descubrieron que el tipo estaba al tanto de todas las cosas que se ponían en ese grupo porque uno de sus integrantes se lo filtraba, se armó.
Un día saltó la ficha y las sospechas se confirmaron: Rial habló en el "chat oficial" de una cuestión que se había tocado en "el paralelo" y la buena convivencia se transformó en una guerra de acusaciones y de miradas torcidas que en un momento, para beneplácito de los televidentes, se hizo pública y notoria. Todas las sospechas, sobre todo la de Marcela Tauro, apuntaron para el lado de Débora D´Amato. "Me enojé porque soy muy calentona, la mandé a cagar y me fui del chat", reconoció, por estas horas, la actual panelista de A la tarde, que esta semana se cruzó duro con Yanina Latorre.
D´Amato jura que jamás filtró algo de lo que se dijo en ese espacio. Tauro sigue creyendo que sí. "En ese momento estábamos convencidos. Y yo la encaré de frente march y se lo pregunté con todas las letras. Le dije "¿Vos sos la que le pasa las cosas a Rial? Yo no me guardo nada y en ese momento era lo que pensábamos todos. Fue un momento incómodo", recordó en la incendiaria visita a LAM que protagonizó esta semana y que devolvió el tema a los primeros planos.
La bola se hizo tan grande que hasta el propio Rial tuvo que salir a hablar. Y liberado de toda presión pues ya hace más de un año que no forma parte de Intrusos (se fue a principios de 2021 para probar suerte con Tv Nostra, una aventura que duró 47 programas) se refirió por duplicado a la cuestión. Primero en la radio y después en las redes sociales. En Argenzuela, el ciclo que lidera en Radio 10 y al que dio en llamar "La máquina de tirar títulos", negó que D´Amato fuera la espía y habló de un hombre como el "topo". "No, Débora no tiene nada que ver. Pero nada que ver. El que me pasaba las cosas era un hombre. Todo empezó porque una vez se equivocó de chat y me mandó a mi lo que era para otro grupo. Le dije, "che negro, qué es esto", y ahí me contó y me empezó a mandar", aseguró.
Después, en Twitter, siguió tirando data inflamable. "Me acuerdo cuando el boludo chateaba pasando información de Intrusos y se olvidó que tenía su teléfono todavía conectado al pasma. Su carita cuando vio que todos estábamos leyendo lo que ponía!!! El era el informante. Pocas veces me topé con alguien tan idiota" cerró Rial junto a tres o cuatro caras sonrientes. En el chat paralelo de Intrusos había 4 caballeros: Adrián Pallares, el que lo creo, Damián Rojo, Dani AMbrosino y Guido Záffora.
