Todo lo que rodea a la cotidianidad de la China Suárez se convierte en tendencia, porque su rebote es furioso, descomunal y provoca todo tipo de reacciones entre sus millones de seguidores, así como en los medios de comunicación.
Las plataformas digitales de María Eugenia prácticamente ofician de canal directo, como un puente que conecta inmediatamente con la opinión pública, que siempre está atenta a cada movimiento de la actriz, ya sea de su vida diaria como de su aspecto profesional.
Dentro de las particularidades de María Eugenia siempre se focalizó en el apodo, porque su fisonomía, sus rasgos distan de lo oriental. No obstante, todo se remite a una ligazón genética, a una cuestión de familia y que posee un sustento importante.
Resulta que Suárez acaba de originar un tsunami de reacciones en su Instagram al postear una serie de fotos de sus abuelos y el foco se maximizó con su abuela Marta Mitsumori. En esa publicación en el feed, la ex de Benjamín Vicuña recibió una montaña de comentarios.
En definitiva, este material fotográfico permite corroborar la sangre que corre por el interior de la ex de Nicolás Cabré. Así como despierta la incógnita del motivo para aceptar el apócope de china y no una palabra más cercana al japonés.
En alguna ocasión, en ese feedback con sus followers, María Eugenia se animó a relatar los argumentos que tallaron para instalar como una marca su apodo: “Es muy largo ‘Japonesa’. A mamá le decían ‘Ponja’, pero no es muy tierno. ‘China’ me da más dulce”.
