Se conocieron en 2015, cuando protagonizaron La Leona, por Telefe. La relación fue avanzando hasta que se dieron cuenta de que eran el uno para el otro. Que no había manera de torcer el destino y que debían estar juntos. Desde entonces, Marco Antonio Caponi (34) y Mónica Antonópulos (36) disfrutan de las mieles del amor. Lo hacen puertas para adentro y se exponen lo justo y necesario. Días atrás estuvieron en un evento y los ojos se posaron sobre la panzota de la actriz. La pareja espera con mucha ansiedad la llegada de su primogénito –el segundo de ella, que tiene a Camilo, fruto de la relación con Coraje Avalos–. La llegada del nuevo integrante de la familia es inminente y se refleja en lo avanzado de su embarazo. Ellos dicen puertas afuera que no saben el sexo del bebé y que esperan sorprenderse el día que nazca. “Es lo de menos el sexo, lo importante es que llegue bien. Sí estoy muy ansioso por la llegada de nuestro hijo. A tal punto que engordé como 13 kilos, no sólo por el personaje de Sandro… ya estoy más gordo que Mónica”. Ante este estado, no hay nada que los perturbe…o casi nada. La personificación de Roberto Sánchez, en Sandro, la serie, recibió opiniones encontradas. El galán se vio entre la espada y la pared ante las críticas desmesuradas. Marco se pone en la piel del Gitano en la época que va de los 35 a los 50 años y, luego de la impecable interpretación de Agustín Sullivan, el actor que llevó a cabo la primera etapa de la carrera artística del músico, la aguda mirada lo sacudió.
Vale destacar que Caponi tuvo que lidiar con la interpretación más compleja: Sandro afronta la pérdida de su madre y la de su manager y amigo, la soledad y el principio de la enfermedad, el enfisema pulmonar que lo llevo a la muerte. Pese a las críticas del televidente, desde sus colegas sólo recibió elogios. Marco Antonio utiliza su voz para cantar y para llevar adelante el papel lo más parecido posible, hasta aumentó considerablemente de peso. Sin embargo, ser el actor de la etapa que menos se resalta, un poco lo golpea. “Hago la parte más compleja, básicamente porque no es la colorida. Son todos matices negros y grises. Es la profundidad y lo humano. Es un momento de la serie en el que él abandona su personaje y quiere volver a su origen. Es como desarmar el personaje para volver a armarlo”. Sobre las críticas volcadas sobre él, remarcó que las toma como opiniones y que está tranquilo porque se pudo mostrar toda la pieza y la parte artística. Sin embargo, se mostró preocupado por el interés que se le da en los medios a la voz del televidente. “Yo siempre supe que lo habíamos hecho, y que ni el rating ni la opinión me iban a condicionar, porque si este producto no hubiese estado terminado, no lo hubiésemos podido terminar, me ponen en riesgo”, dejando entrever que la opinión pública inclina la balanza. Sin embargo, más allá del cimbronazo del primer capítulo y la catarata de críticas, con el correr de los capítulos el público le fue reconociendo su labor. Hoy, Caponi cambió hostigamiento por reconocimiento.
Aumentó 13 kilos
Panzota
Ansiedad medida en kilos
