El acontecimiento ameritaba un agasajo grandilocuente, con todos los lujos y la dedicación de una organización pulcra. La única hija de Valeria Mazza aterrizó en un momento disruptivo y significativo de su vida, dado que cumplió sus quince años.
En consonancia con todo lo que implica ese aniversario, la ex top model y Alejandro Gravier planificaron una noche única, de esas que se mantienen a fuego grabadas en la retina y que marcan un antes y un después. Por eso, Taíana Gravier experimentó las melodías más dulces.
En lugar de seleccionar un espacio dedicado a este tipo de eventos, Valeria entendió que las bondades de la mansión familiar se erigían en un entorno ideal para ambientar la velada y generar una atmósfera preciosa para todos los invitados.
De punta en blanco, con looks de alta costura, así lucieron los integrantes del clan Mazza, con los tres herederos varones y obviamente la protagonista del suceso, la cumpleañera. Los ambientes de la casa se modificaron con la instalación de todo el amoblamiento pertinente de una fiesta.
QUÉ TORTA CASERA ELIGIÓ LA HIJA DE VALERIA MAZZA
En lo relacionado con el vestido, ese punto central para las quinceañeras, Taíana le contó a la Revista Caras cómo detectó el ideal, para lo que disfrutó del talento de Benito Fernández, nada más y nada menos. “Elegirlo fue bastante fácil. Yo había encontrado dos fotos que eran las ideas del color y de cómo quería que sea y sacamos algo que me gustó un montón”, sostuvo.
Así como aclaró que se sentía a gusto con su personalidad: “El estilo es muy mío, algo que me representa. No algo rebuscado ni ponerme algo que no soy yo y así quedó”. Y añadió el argumento de un calzado muy canchero: “Usé borcegos, porque justamente lo quiero hacer lo más yo posible, no estar incómoda, sentirme tranquila, en mi casa”.
Uno de los puntos más llamativos de la fiesta se entrelazó con la idea original que surgió de la mente de la hija de Mazza, dado que prefirió una torta mucho más casera, en lugar de los pasteles de varios pisos, y pidió la famosa chocotorta para soplar las velas. Pero una muy especial, de un tamaño sideral y configurada en formato horizontal.
