A pesar de que el momento de tristeza aún no cesó, y tanto sus familiares como sus fanáticos continúan derramando lágrimas en su nombre, la muerte de Diego Armando Maradona se convierte cada día en un nuevo misterio por resolver.
Ya pasó un mes y medio de aquella impactante noticia, pero las causas del deceso, que marcan una falla cardíaca en el exfutbolista, dejaron en el núcleo interno del Diez un manto de sospecha sobre una posible negligencia por parte del equipo médico que llevaba adelante el día a día del exdirector técnico.
Leopoldo Luque, médico y amigo de Maradona, fue uno de los primeros señalados y a los pocos días de la muerte de su compañero sufrió un allanamiento tanto en su casa como en su consultorio en las que se encontraron algunos documentos confusos.
Según se conoció, la Fiscalía de San Isidro, encargada de la investigación sobre el neurocirujano y la muerte del Diez, recolectó el 29 de noviembre del 2020 diversas anotaciones, la historia clínica del astro del fútbol y otros papeles que servirían para esclarecer algunos detalles sobre los últimos días de Diego.
No obstante, lo llamativo es que dentro de esos archivos se encuentran tres documentos muy especiales: Una hoja con un texto en donde Maradona le pide a la Clínica Olivos que le entreguen su historial médico a Luque, una firma del Diez escaneada y aumentada, y una hoja de impresora que tiene escritas varias firmas parecidas a la de Diego.
Estos papeles, especialmente las firmas repetidas como si se estuvieran practicando, habrían levantado la sospecha de que Luque podría haber falsificado la letra y el autógrafo de su paciente, lo cual le aseguraría una nueva imputación en su contra.
Los archivos fueron de público conocimiento hace pocas horas, pero el fiscal general John Broyad, quien lleva adelante la investigación, fue quien le envió dichos papeles a la Asesoría Pericial de la Procuración para que sean analizadas por un perito caligráfico e identifique si son o no hechas a puño por Diego Maradona.
