Charla va, charla viene, los pocos hermanitos que quedan en la casa se entretienen. Es que en esos interminables ratos libres que tienen siendo tan solo 7 concursantes hacia la recta final para consagrarse uno de ellos como el gran ganador del reality, los participantes encontraron en las conversaciones un buen pasatiempo.
Y fue en una de esas juntadas con mate de por medio que Marcos protagonizó un insólito momento cuando, valiéndose de sus raíces salteñas, cometió un furcio al contestar un deseo personal que estaba teniendo como síndrome de la abstinencia del encierro y aislamientos.
Inmediatamente La Tora y Nacho, que estaban escuchando su comentario, saltaron para hacerle una importante corrección a fin de que al aire, sí estaban escuchando, o si afuera pronuncia la misma frase, no se malinterprete. En realidad, lo que el primo deslizó fue que le gustaba “el rosquete”.
Al ver la cara y la carcajada de sus compañeros, automáticamente Marcos intentó corregirse y preguntó: “¿Cómo se llama?”. A lo qué Lucila Villar, tentada de la risa, le explicó al salteño que se le dice de otra forma y comentó: “Roquilla. Rosquete es otra cosa acá en Buenos Aires”.
Por su parte, el primo defendió sus orígenes y la forma en que en su provincia se lo llama a ese tipo de alimento a base de harina y, tras escuchar a La Tora le remarco: “Allá no”. Fue así que la actual parejita de Nacho intentó enseñarle al carilindo de la casa que significa eso si lo dice cuando salga del reality.
“El rosquete es el culo”, le aclaró La Tora al primo y agregó: “Qué rico rosquete, dijo el primo. ¡Primo, falta!”.
“El rosquete es el culo”, disparó, sin filtro, La Tora, que luego tentada de risa y aportando humor ironizó: “Qué rico rosquete, dijo el primo. ¡Primo, falta!”. En tanto Marcos escuchaba atento y vergonzoso por su pifiada, mientras Nacho y Camila que estaban en la ronda de mates y charlas también se divirtieron con el desliz del galancito.
