En una escalada de sinceridad, Morena Rial apretó el acelerador y salió a contar todo lo que no le agrada de su papá Jorge Rial. Con muchas infidencias de un vínculo íntimo, la influencer sacó del cajón un sinfín de críticas y focalizó en la esposa Romina Pereiro, a quien tildó de “mala persona”.
Todo lo que comenzó con un indicio en redes sociales, con el bloqueo en su Instagram del hombre de Intrusos y la nutricionista, terminó en una explosión, con declaraciones durísimas, que parecieran no tener fin. Un cruce público contra su propio padre.
"Es obvio que Romina está con él por la plata, porque tiene dos hijas y las tiene que mantener", bramó More.
Morena reaccionó con virulencia a unas pocas frases de Pereiro a un medio, donde sostuvo: “No tengo ni tuve ningún problema con ella. Al contrario. Compartimos cosas lindas de crianza ahora que nació Fran. Que yo sepa no hay conflictos”. La joven percibió aquello como una falsedad y activó una fibra para que saliera con mucha vehemencia a lanzar munición pesadísima.
La hermana de Rocío brindó una nota fuerte en las primeras horas de la tarde, pero luego redobló la apuesta, llevó su postura a un límite inimaginable. Así, en charla con Ciudad Magazine, More desparramó muchas infidencias y opiniones crudas.
"En las redes sociales y en la tele me saluda, pero después anda por atrás con la otra. Se trata de la actitud de mierda que tienen de excluirnos a mí, a mi hermana, a Francesco", criticó la influencer.
Decididamente enfrentada con Romina, la influencer disparó: “Esto mismo se lo advertí con la (Agustina) Kämpfer cuando él me echó a mí de mi casa con 17 años. Me cansé de que Romina sea falsa, porque ella no tendría que haber respondido si es una mina viva que no quiere problemas. Tiene 20 años más que yo, vendría a ser la adulta por así decirlo, porque yo también soy adulta, pero la que debería ser más madura y decir basta es ella. Pero ella es la única que siempre hace quilombos y le genera problemas a mi papá”.
En esa comparación con Kämpfer, la joven lanzó una concepción muy dura: “Es obvio que Romina está con él por la plata, porque tiene dos hijas y las tiene que mantener”.
En cuanto a su vínculo con Jorge, Morena acusó que no es siempre sincero con ella. “En las redes sociales y en la tele me saluda, pero después anda por atrás con la otra. Y no se trata de que me mimen, sino la actitud de mierda que tienen de excluirnos a mí, a mi hermana, a Francesco”, espetó.
RENCORES NO CURADOS
Inmiscuida en una catarsis tremenda, Morena se sumergió en un episodio doloroso, en una época oscura, en la que atravesaba con problemas y que derivó en una internación en un psiquiátrico. Algo que parece que nunca cicatrizó y le dejó una herida abierta.
“Hay cosas que no puedo contar porque son muy de la intimidad familiar, pero esto ya viene desde que mi papá me internó en un neuropsiquiátrico para hacerme pasar por loca por todas las cosas que yo hice. Yo no estoy loca, no estuve loca, no fui una paciente psiquiátrica mal. A un loquito no lo largan después de 12 días de un loquero”, disparó.
"Esto ya viene desde que mi papá me internó en un neuropsiquiátrico para hacerme pasar por loca. Yo no estoy ni estuve loca", exclamó Rial.
En esa línea, la mediática se animó a acusar directamente al periodista y soltó: “Si yo tuve que decir que era mi voluntad fue claramente porque me obligaron, pero está claro que no me interné por mi propia voluntad. Tengo todos los papeles que comprueban que me internó mi papá”.
En cuanto a un tema que siempre circuló sobre su sombra, aquel que refiere a su realidad económica, Morena reconoció: “Me venía manteniendo. Vamos a ver qué pasa a fin de mes. Ahora me estoy jugando todo, pero ya está. Creo que el mes que viene no me mantiene. Igual, ya fue, no me importa, pero tampoco la falsedad de decir todas esas cosas que dice Romina cuando ella es la única quilombera en la familia”.
"No me interné por mi propia voluntad. Tengo todos los papeles que comprueban que me internó mi papá", bramó.
Por si quedaban dudas de su enfrentamiento con su padre, la joven ratificó que algo cambió en su percepción sobre el conductor y que nada será igual. “Yo a mi papá lo tenía en un pedestal, pero ya se me cayó. Ya dejó de ser lo que era. Lo amo, es mi papá, pero no le voy a perdonar lo que hizo de internarme en un psiquiátrico y esas cosas, porque lo que pasé no lo pasó en su vida. En sus 60 años, no pasó ni una cuarta parte de lo que me hizo pasar a mí adentro de un psiquiátrico”.
