“Me hiiiiiiirve la cabeza”. Esa frase, mezclada con su imagen tierna de pelo medio colorado y cachetes regordetes, lo volvieron el personaje más entrañable de Señorita Maestra, el exitazo que metió ATC entre 1983 y 1985. Pasaron más de 35 años, y Alejandro Lamarque, aquel pibe que interpretó un personaje tan querible, es hoy un hombre lleno de problemas.
Alejandro perdió la vista hace más de un año. “Me diagnosticaron cataratas y me dejé estar. Hice los trámites en el Santa Lucía, pero después no fui más. Como soy hipocondríaco y un poco miedoso, no sé, no volví, y eso me fue comiendo los ojos”, declaró en contacto con Diego Moranzoni, quien lo descubrió para su programa de Crónica tv.
No sólo eso: Lamarque sufre de ataques de presión (en medio de la nota dijo que “la máxima ahora la debo tener en 20”) y de acuerdo a lo que se informó en la emisión, en noviembre del año pasado sufrió la fractura de un brazo.
“No tengo para comer y encima vivo de prestado”, confesó el actor, quien concedió la entrevista desde una casilla que habita en el partido bonaerense de San Vicente, en el extremo sur del conurbano bonaerense. “La verdad, al tipo que es dueño de acá le dije que venia por seis meses, y ya hace dos años que me le quedé”, agregó Lamarque.
“Palmiro Caballasca” era, por lejos, el personaje más querido de Señorita Maestra entre los alumnos del curso que comandaba una Cristina Lemercier cuya trágica muerte siempre estuvo rodeada por el halo de la duda. “Cirilo Tamayo” era otro chico que causaba adhesión y ternura. “Etelvina”, en cambio, provocaba cierto rechazo por mirar “a todos desde arriba” por su estereotipada condición de “rubia y linda”. Efraín, el portero español de la escuela, inmortalizó otra frase: “Blancas palomitas”.
“No tengo baño. Tengo dos bolsas de porquería adentro, como 10 kilos, porque no tengo quien me tire las cosas. Mi hija tiene 20 años y dos hijos. Uno de 3 y uno de 1, y está muy ocupada con sus chicos. Le digo algo que no le gusta y me dice de todo. A ella le da vergüenza mi situación”, contó Lamarque, desesperado.
“Tengo un canutito de plata, pero no tengo quien me vaya a hacer compras ni nada. Esto es campo, y el vecino más cercano lo tengo a 100 metros”, aclaró el actor, quien concedió la nota sin sacarse sus anteojos oscuros. “Lo único que hice fue Jacinta Pichimahuida hasta los 16 años, y hoy tengo 58”, recordó el actor sobre un pasado mucho más alegre que este triste presente.
