A fines de marzo, la hija de Paula Volpe cumplió 15 años. Tradicional en su elección, Agustina, la actriz y su papá, el Mago Emanuel, ex marido de la curvilínea y padre de la mujercita, soñaron y estuvieron detrás de cada uno de los detalles de lo que sería una fiesta inolvidable: la fecha estipulada era el 3 de abril.
A consecuencia del avance de la pandemia mundial y de la cuarentena obligatoria que impuso el gobierno nacional del Alberto Fernández, semanas atrás, la rubia tuvo que suspender todo lo planeado a horas días de concretarse el gran evento, con todo organizado y pago.
Dada la realidad y la imposibilidad de programación, hay una fecha estipulada para la fiesta pero aun no saben si se concretará. "Estamos muy tristes", dice Paula.
“Ya habíamos pagado todo, teníamos todo armado. Hubo que suspender desde lo primero hasta lo último. Ahora lo pasamos para agosto sin saber si vamos a tener que pagar algo más y si, efectivamente, en esa fecha se va a poder hacer… Y no tenemos la menor idea de si vamos a poder afrontar ese nuevo gasto, sin existiese”, contó la comediante.
“La fiesta la íbamos a hacer en el Victoria Palace, en Flores; el menú era buenísimo y Machado Cicala había realizado las fotos de presentación. Habíamos conseguido precio para el vestido y con la gente del salón. Pero el resto era todo abonado. Eran cien invitados y habíamos gastados 500 mil pesos”, cuenta Volpe apesadumbrada en una charla con Paparazzi.
“Cuando se reinicie la actividad, espero, nos sentaremos con el lugar donde se hacía la fiesta y con el servicio de catering, sobre todo, a definir como seguimos. Incluso, Agustina, tendrá una nueva prueba de vestuario en Reina Juliete, la diseñadora que le estaba terminando el vestido elegido”, adelantó.
"Toda la ilusión y movimiento que implico, quedo entre las manos. EL SUEÑO QUEDO VEDADO Y SIGNIFICO UN IMPACTO MUY FUERTE EN MI HIJA"
“El sueño quedó vedado y significó un impacto muy fuerte en mi hija. Toda la ilusión y movimiento que implicó, quedó entre las manos. Encima, para volver al trabajo, en nuestro caso, el mío y el de Emanuel, va a pasar un año. Y, para colmo, los ahorros que teníamos se fueron en la fiesta trunca”, finalizo, preocupada.
