La disputa entre Luciana Salazar y Martín Redrado parece de nunca acabar y todo va de mal en peor. Es que, cada vez que la modelo sale a hablar asegura que sigue con problemas legales con el economista y que él sigue si ver a la pequeña Matilde. En las últimas horas en Mañanísima (El Trece) comentó que es muy su situación, teniendo en cuenta que su hija le pregunta siempre por él.
“Ya estamos en instancias finales si Dios quiere, porque hay miles de recursos para largar todo, como está haciendo él. Pero está todo muy claro, hay firmas, acuerdos, escribanos públicos, abogados, testigos. Es una cosa de no creer, pero es lo que me tocó y por lo que tengo que luchar, así que estoy esperando que ya sean los últimos momentos para terminar con esto de una vez por todas”, comenzó expresando, sobre el caso.
Asimismo, le pegó un palito a la Justicia y a su lentitud, no solo con ella sino con otras mujeres: “Ya estamos en instancias finales si Dios quiere, porque hay miles de recursos para largar todo, como está haciendo él. Pero está todo muy claro, hay firmas, acuerdos, escribanos públicos, abogados, testigos. Es una cosa de no creer, pero es lo que me tocó y por lo que tengo que luchar, así que estoy esperando que ya sean los últimos momentos para terminar con esto de una vez por todas”, comentó.
Finalmente, se ilusionó con que todo esto termine algún día y con que ella pueda ser una niña normal: “Esperemos que todo se solucione rápido y Matilda pueda recuperar sus derechos”.
LUCIANA SALAZAR CONTÓ QUÉ LE DICE A MATILDA
En medio de la entrevista, un periodista le consultó cómo es la relación con la péqueña y qué le dice cuando ella, le consulta por “su padre” o por la figura del economista: “Imaginate que ella veía a una persona que la venía a ver a escondidas porque no quería que nadie se enterara porque había muchas mentiras”.
En este sentido, lanzó: “Siguen habiendo muchas mentiras que creo que las va a terminar esclareciendo ella el día de mañana, si es que quiere, cuando mamá le cuente un día la verdad, pero todavía es muy chiquita”.
“Al principio preguntaba ‘¿por qué no lo veo más?’, y yo le decía ‘bueno, porque se portó mal’. Y ella me dice ‘¿por qué se portó mal?’, porque para un nene chiquito portarse mal o que alguien le haga daño es algo físico y no es ese el caso”, sumó.
Y concluyó: “Ella no entiende y me dice ‘pero a mí no me hizo nada, a mí no me lastimó'. Así que yo le digo ‘mirá Matu, el día de mañana mamá te lo va a explicar y lo vas a entender’. Entonces ella ya sabe que no lo ve porque se portó mal, tanto con ella como con la mamá”.
