Una situación horrenda, de las que no deberían suceder jamás en una ciudadanía civilizada. Lamentablemente, Cristina Fernández de Kirchner protagonizó una tentativa de asesinato en las afueras de su domicilio. Un acontecimiento que sacudió el país y que estimuló a la opinión de Ricardo Darín.
En el marco de la presentación de Argentina, 1985, la película que toma un papel preponderante en la trama y que aborda los históricos juicios a las juntas, el actor aceptó la propuesta de expresar su visión en una conferencia de prensa internacional en el Festival de Venecia.
En ese entorno, rodeado de medios de todo el planeta, y con la trascendencia que adquirió el atentado, Ricardo fue abordado para conocer su percepción y fiel su sensibilidad social habitual no esquivó el bulto para emanar una construcción muy interesante.
En un juego de relacionamiento con todo lo que padeció el país en la peor de la dictaduras con este hecho, Darín opinó: “Cómo se reprime la rabia no estoy capacitado para responder en general, cada uno hace lo que puede con respecto a la ira, pero es importante revisar la violencia propia, la interna, porque sin querer podemos contribuir a esa violencia generalizada sin darnos cuenta”.
“Si uno tiene sensibilidad, el primer deber es ponerse en el lugar del otro, incluso si recibimos una agresión. Porque la bola de nieve es difícil de detener. El odio es lo único que no prescribe”, amplió el maravilloso intérprete de decenas de éxitos del cine.
En otro segmento, Ricardo se refirió al tópico sensible que narra el film: “La película mira hacia adelante, a las generaciones nuevas, a los que tienen que tener muy en claro, y a través de los ejemplos y no de los discursos, la importancia de recuperar la dignidad, no bajar los brazos, con Justicia y con la verdad”.
