A Sofía Zámolo le tocó una etapa especial para transitar su primer embarazo. Con 26 semanas de gestación y una bellísima panza que crece día a día, atrás dejó los tiempos de malestar y reposo absoluto.
Pero lo que no puede disfrutar aún es de compartir la felicidad que tiene con sus amigas de toda la vida y del medio, también a causa del distanciamiento que “impone” la pandemia de Covid 19.
En la intimidad de su casa, donde comparte sus días y noches con José Félix Uriburu, su marido, pudo recibir circunstancialmente a familiares con lo que celebraron la feliz noticia pero no mucho más que eso.
La beba que nacerá en octubre todavía no tiene nombre definido pero hay opciones que le gustan y mucho a la modelo top: Emilia, Justina o Joaquina.
"Yo le mando fotos y videos de la panza a mis amigas, pero no es lo mismo", confió Sofi
Y aunque en el último tramo de la gestación se tendrá que decidir por alguno, todavía tiene abierta la “puerta” a las alternativas. Escucha todo tipo de opciones, sobre todo si son de los más chiquitos su entorno.
Después de seis años de búsqueda, la rubia concretó una tan deseada maternidad pero nunca imaginó que sería en este contexto mundial. Con ansias de que para la fecha de parto la enfermedad esté controlada, a diario tiene presente a su virgencita.
Religiosa y devota de la Virgen de Lourdes, como rezó tantas veces para que llegue la posibilidad de convertirse en mamá, por estos días pide que el embarazo avance tan bien como hasta ahora y que el parto sea maravilloso.
ZAMOLO CONTO SU ILUSION
“Empollando. Mi bebé del tamaño de un melón”, contó Sofi desde sus redes sociales, haciendo un simpático paralelismo entre la niña que lleva en su pancita y las dimensiones le van contando los ecografistas.
"Empollando. Mi bebé de tamaño de un melón", dijo la modelo junto a una foto.
El Día del amigo, una fecha súper especial en julio que suele reunir a los afectos del corazón en bares, confiterías, restós o casas, este año tiene un “sabor” diferente.
Después de que las autoridades recomendaron no juntarse ni compartir de ninguna forma que no sea virtual, Zámolo seguirá la indicación a rajatabla. “Lo que más me cuesta de estar embarazada en épocas de pandemia es que mis amigas no conocen la panza”, confió la mamita.
“Yo les mando fotos y videos pero no es lo mismo. Ojalá que en octubre, cuando es el parto, todo esté más normalizado. Por ahora, la incertidumbre es demasiado grande”, declaró con entendible tristeza por no poder hacer una de las cosas que más le gustaría.
