Podrán imitarla, pero igualarla jamás. Muy futbolera y apropiada para estos días de Mundial a todo trapo, la frase puede resumir a la perfección lo que sucedió con Fátima Fóorez y con Moria Caaán en Socios del espectáculo. La humorista fue al piso a dar una nota, dijo algo de la diva y la respuesta, vía telefónica, fue letal. Más que lengua, Wahtsapp karateca.
De cara a la temporada teatral que comenzará en breve, Fátima se acercó hasta los estudios de Canal 13 para promocionar su próxima creación. Como cada vez que brinda una entrevista, la pasearon por todos sus personajes. Hay que reconocerle, en ese punto, que es una artista de primera línea y que siempre está sumando nuevas personalidades a su galería de magníficas imitaciones.
En un momento, como tantas otras veces, hizo a Moria, que esta semana sorprendió con una inusual propuesta estética para Daniela, una de las jugadoras de Gran Hermano. El tono fue irónico, como siempre que la interpreta. De repente se conoció una respuesta primaria de la estrella. Según lo que dijeron al aire, Moria dijo algo así como "el nombre lo tengo registrado por empresa internacional, así que me pague si va a hacer de Moria Casán". La tensión había llegado al programa.
Siempre sonriente pero muy punzante cuando quiere serlo, Fátima no perdió la compostura pero dijo lo suyo. ¡Vaya que lo hizo! En vez de mandarle un saludo o dejar las cosas ahí, recargó municiones y le sugirió a Moria que "vaya a laburar" y no quiera hacer plata con ella. Además, la acusó de que "está celosa porque imito más a Mirtha y a Susana" y le avisó que "cualquier cosa le cambio un nombre, pasa a ser Moira y no puede reclamar nada".
Esperar que Moria se quedara callada es como esperar que la inflación del mes que viene sea del 0,5 por ciento. Una utopía. Al ratito nomás Rodrigo Lussich leyó el mensaje ardiente y demoledor que le había mandado la Casán. "Rídicula esta mujer, completamente rídicula mandarme a trabajar a mi que hasta mi hija me llama para saludarme el día del trabajador" arrancó la diva como para despejar dudas de entrada acerca e qué tipo de misiva le quería mandar a su colega.
"A ver, hashtag desodorante, se descolocó mal" volvió a la carga como si la estuviera tratando de tener mal olor. "Hashtag imaginate. Esta señora axila atrasa, me hace mal, con un timbre de vos ochentoso cuando yo evolucione a un sonido orgásmico. Lo que le voy a decir es que Marquitos (por su marido) empiece a pagar, o sino que no me nombre porque si lo hace va a tener que poner una limosnita".
