A pesar de haber nacido en un ambiente plagado de artistas y con un padre productor, Tini Stoessel supo desde pequeña que quería estar ligada al mundo del espectáculo en donde con su talento como actriz, bailarina y cantante logró romper fronteras, conquistar millones de corazones y posicionarse como una de las mujeres argentinas con más peso a nivel internacional.
Con tan solo 24 años, la artista no solo se convirtió en una estrella de Disney, sino que después continuó su carrera en el mundo de la música y se volcó al espacio del reggaetón en donde interpretó diversas canciones con grandes personajes del ritmo urbano.
Pero su vida privada también se volvió parte del interés de sus fanáticos, que no solo analizaron todos los datos de su infancia, su crianza, sus amistades y sus gustos personales, sino que a medida que fue creciendo también se interesaron en sus relaciones sentimentales, sus opiniones sobre la sociedad y sus dichos en las redes sociales.
No obstante, Tini suele mantenerse alejada de los escándalos y busca sostener su privacidad apartada de los flashes de las cámaras, aunque su último noviazgo con Sebastián Yatra la volvió a poner en los titulares de los portales de noticias, así como también su ruptura con el músico.
Asimismo, en algunas oportunidades, se anima a abrir un poquito la puerta de su espacio privado y fue allí en donde contó anécdotas de su adolescencia como que desde pequeña volvía corriendo del colegio para descambiarse y ponerse los tacos de su mamá y comenzar a maquillarse frente al espejo.
Dentro de este contexto, y mediante su cuenta de Instagram, Stoessel también admitió “cuál fue la peor decisión” que tomó en su vida, y sorprendió al explicar que no estuvo ligada al mundo de la actuación o de la música, y mucho menos a su plano amoroso, sino a una buena actitud que eligió realizar cuando era más pequeña.
¿Qué pasó? Que en una oportunidad se encontró con la horrible situación de ver a dos gatos peleándose ferozmente y en un intento de buscar la paz y, sin pensarlo dos veces, se metió a separarlos a pesar de que la historia no finalizó como ella hubiera querido: “Terminé con una gran cicatriz en la cara. Sin duda alguna la peor decisión que pude haber tomado en mi vida”.
De todas maneras, eso no le impidió continuar demostrando su cariño por las mascotas ni la detuvo en sus actividades, ya que en ese entonces practicaba gimnasia deportiva -lo hizo durante seis años- y también incursionó en el tenis y la natación, aunque tiempo después se dio cuenta de que su alegría estaba sobre los escenarios.
