Esta historia se torna muy compleja de comprender. Todo lo que vivieron Daniela y Thiago en Gran Hermano se constituye en un jeroglífico, porque transitaron de la pasión más intensa a declaraciones muy negativas del joven y hasta la increíble declinación de salvarla de la placa.
La oriunda de Moreno no pudo evitar la eliminación y se convirtió en la novena participante en abandonar la casa más famosa de la televisión. Dentro de un clima de tristeza, de congoja, se destacó la reacción de Medina ante la lectura de Santiago del Moro de la decisión del público.
En cuanto sonó el nombre de la morocha, Thiago se levantó del sillón, se alejó del living y caminó sin rumbo, como desorbitado. Primer punto llamativo, porque no se acercó a saludarla, a abrazarla para tratar de contenerla en un momento tan aciago.
De hecho, la propia Daniela preguntó y se preocupó por despedirse de su “pareja” del reality, dado que se la escuchó preguntar varias veces: “¿Dónde está Thiago?”. Así se encontraron en la pieza cuando ella recogió sus valijas y apenas se dieron un beso suave.
En ese instante, la joven le dijo: “Cuidate mucho”. Una interacción escasa para dos personas que se fundieron en un amorío súper eléctrico, que se graficó con decenas de escenas de mimos, de muchísima pasión en todos los ambientes de la casa.
Tras la caminata de Daniela para aterrizar en el exterior, las cámaras capturaron un momento de introspección de Medina, que se sumergió en su cama, se tapó el rostro con una almohada y lloró. Claro que nunca se entenderá el motivo que lo impulsó a no salvarla de la placa al disponer de ese beneficio por ganar la prueba del líder.
