Hay un profundo dolor en el ambiente artístico y en gran parte de la sociedad que se divirtió con sus personajes y disfrutó cada una de sus ocurrencias: el queridísimo actor italiano Gino Renni falleció durante esta madrugada a los 78 años.
El "Tano" había contraído coronavirus y estaba internado en el Instituto del Diagnóstico desde el 7 de junio, cuando su cuadro se agravó a causa de una neumonía bilateral. A fines de ese mes se había pedido una cadena de oración ante lo delicado de su estado de salud. Durante algunos días de julio experimentó una leve mejoría, pero no pudo salir adelante.
En las redes sociales, a medida que se iban enterando de la infausta noticia, famosos que trabajaron con él, pero sobre todo anónimos a los que conquisto con su acento italiano, su ternura para decir las cosas y su carisma para actuar le tributaron una despedida triste pero también un homenaje muy sentido.
Gino Renni llegó a la Argentina desde su italia natal. Su nombre completo era Luigi Melieni Mollo. Había nacido en Sicilia, en el sur pobre, esforzado y sacrificado de uno de los países más ricos de Europa y más poderosos del mundo. Aquí descubrió que llevaba el arte en sus venas y en un principio se convirtió en cantante.
El Tano Gino Renni se llamaba Luigi Melieni Mollo. Nunca se casó ni tuvo hijos. Su papel en Mesa de Noticias le dio una enorme fama. En la saga de Los bañeros terminó de ganarse a la gente.
Poco a poco le fue ganando el deseo de probar suerte con la actuación, algo que ya nunca dejaría de hacer. Su carrera tiene hitos inolvidables, pero indudablemente su participación en "Mesa de noticias" lo catapultó a la masividad popular. Su personaje de "Foderone" (una palabra que en italiano se puede considerar un insulto) le permitió ganarse el corazón de las multitudes. Así le decía Gianni Lunadei, y él contestaba "Foderone de la Salsiccia". En ese momento era común decirlo en cualquier ámbito, como "Assasino", "Criminale" o pedirle un milagro "a San Peperone".
Volvió a romperla en un montón de oportunidades, alcanzando otra vez el suceso como integrante de la saga de Los bañeros más locos del mundo. En la calle, en los bares, en cualquier lugar público la gente le demostraba siempre su cariño, su respeto y su admiración. También se dio el gusto de participar en algún certamen de Marcelo Tinelli, rememorando sus épocas de cantante. Nunca se casó aunque le adjudicaron fama de bohemio y de seductor, ni tampoco tuvo hijos. Lo despiden, sin embargo, millones de personas a las que le sacó un sonrisa. Adiós, Gino... y gracias por todo.
