Para Mirtha Legrand, ser una diva no es solo un título honorífico que tiene como gran figura del mundo del espectáculo que es. Por el contrario, es una verdadera actitud de vida. Aún en proceso de recuperación tras un susto de salud que la llevó a estar varios días internada, Mirtha mantiene sus costumbres estéticas puertas adentro de su casa, en un coqueto piso sobre la Avenida Del Libertador.
Legrand, a diario, lejos de lo que le podría suceder a mucha gente que pasa su tiempo sin salir casi a la calle, por distintos motivos, elige seguir una rutina de cuidados personales, fiel a su estilo siempre impecable aunque haya querido mostrar otra imagen de ella, al sacarle una foto de incógnita, en el sanatorio donde estuvo semanas atrás.
Mirtha se viste todos los días como si fuese a salir a la calle a subirse al auto que la ha llevado a tantos eventos sociales y a algún especialista en salud, se maquillaje de acuerdo con los tonos de las prendas a lucir y se arregla su cabello, al que no deja de hacerle el color, para verse siempre rubia y prolija, lejos de la terapia donde estuvo en el Mater Dai.
También, Chiquita, cumple con la rigurosidad cotidiana de caminar 27 vueltas recorriendo cada rincón de su hogar y hace los ejercicios físicos de siempre, a sus 94 años. Y, cómo si fuese poco, cada vez que tiene cita y considera que es momento de visitar a su dermatóloga de confianza, lo hace con el fin de cuidar la imagen de su piel, que seguramente el año que viene se volverá a lucir en pantalla.
En Intrusos en el espectáculo, por América, fue Marcela Tinayre, su hija, quien contó la rutina estética que mantiene Legrand, tras compartir buenas noticias sobre la estabilidad de la salud de su madre.
“Mamá, fuera de toda joda, está divina, espléndida. Se maquilla todos los días y se viste como para hacer su camina por su casa, 27 veces…”, contó Marcela. “Se hace el color en el pelo, va su cosmetóloga, hace su gimnasia”, agregó Tinayre.
