Cecilia Caramelito Carrizo creyó ciegamente cuando el cura que la casó con Damián Giorguutti les dijo que los unía en matrimonio "hasta que la muerte los separe". Tanto que hoy lo siente en carne viva: 25 años después de escucharlo, ahora que él decidió poner punto final a la relación para iniciar una nueva vida se siente frente al abismo, al borde de precipicio, en el filo de la cornisa. En una visita al programa de Pamela David, lo demostró confesando que no parar de llorar ni de estar triste.
Unos días atrás, Caramelito estaba dando una rueda de prensa por la presentación de una obra de teatro cuando le preguntaron si uno de los apoyos en esta etapa de su vida, en la que todavía transita el duelo por la muerte de su hermano, era su familia, los suyos, su marido. Ahí rompió en llanto y no pudo evitar contar la verdad: aquel sueño que había imaginado "para toda la vida" se había terminado de un momento al otro.
El programa de Pamela David puede pasar por todos los climas imaginables. De las risotadas y las bromas a los enojos o las polémicas. De la tensión a la joda. O de la sensibilidad extrema a la indiferencia mas notoria. En ese mejunje de sentimientos desembarcó Caramelito para aportar su cuota, y alcanzó con una simple pregunta de Pamela David para que se largue con todo.
"No me esperaba esto que me está pasando, sinceramente. Y quizás porque es así duele más", se sinceró Caramelito mientras Pamela le decía que no le quería tocar por esos temas pero diez segundos después le mandaba una montaña de preguntas acerca de su estado de ánimo. "No creo estar preparada para conocer a otra persona, pero nunca se sabe", se sincero después.
EL SUFRIMIENTO DE CARAMELITO CARRIZO PORQUE EL MARIDO LA DEJO
En carne viva, Caramelito aceptó que "todos estos meses estuve muy triste, muy mal, y cuando me siento de esa forma lo que hago es aislarme y quedarme sola. Veo gente a la que le pasa lo mismo y sale, o grita, o se expresa de otra manera, en cambio yo me encierro y me quedo llorando todo el tiempo abajo de las sábanas o abajo de la cama. A veces estoy tan triste que ni siquiera me salen las palabras".
La rubia no se vio venir el aluvión de malas noticias. "No lo intuí, para nada. Ahora cuando miro para atrás puedo decir que hubo señales a las que no estuve tan atenta. Pero me doy cuenta ahora, porque en ese momento no las vi para nada. Habíamos tenido algunas crisis, una que fue muy importante, pero la superamos juntos, y bueno, yo pienso que una nueva crisis la podríamos haber pasado de la misma manera. Pero tampoco puedo obligarlo a él a estar conmigo, y si su deseo era irse no puedo obligarlo", confesó. Las penas tampoco duran "toda la vida". Ya saldrá adelante.
