Impresionables, sencillamente. Las imágenes provocan estupor, por la magnitud de los llantos de esa niña, por la discusión a los gritos, por todo el bagaje de una guerra extensa que también salió a flote en ese episodio conflictivo. Los videos de la crisis de las hijas de Wanda Nara en el ascensor por culpa de Mauro Icardi causaron un impacto mayúsculo.
Esa determinación muy singular del delantero de cambiar el rumbo y no dirigirse a su mansión en Nordelta tras recoger a Francesca e Isabella en el colegio para ir al edificio de su ex esposa activó un calvario. En definitiva, el atacante protagonizó un escándalo de enormes magnitudes.
Incluso, ese accionar de Icardi le generará un retroceso abismal en su revinculación con sus hijas, porque la policía intervino inmediatamente y el acta labrada refiere a actitudes desfavorables, al punto de especificar que cometió hostigamiento y ejerció violencia verbal y física.
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Desde ese viernes fatídico, la ex conductora de Bake Off se recluyó, llamativamente, en un silencio en redes sociales, contradiciendo su pulsión habitual, y tradicional, de cargar una tonelada de contenidos a sus perfiles todos los días.
EL PALO DE WANDA NARA PARA LA CHINA SUÁREZ
Por eso se aguardaba alguna expresión pública de Nara y finalmente llegó. Resulta que la mediática utilizó una cuenta paralela de Instagram, en la que comercializa sus servicios como influencer, para manifestarse con una movida promocional.
¿Qué hizo? Invitó a sus seguidores a participar de un juego, que constaba de hallar cuatro emojis en una foto que colgó de ella en pleno descanso en Pinamar. Lo singular llegó con la resolución, porque se encargó de exhibir a la ganadora y la charla que mantuvo por chat: “Pasame tu CBU, ganaste”.
¿Entonces? Muchos se detuvieron en el detalle del nombre de esa usuaria, Tati, que refiere al modo en que se llama coloquialmente a las mujeres que se enrolan en una relación amorosa con casados. Eso se interpretó como un mensaje subliminal contra la China Suárez.

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