Para que existan las más elegantes también tienen que existir las que no lo son. Y entre algunas de las artistas locales esa diferencia es bien marcada. No ocurrirá jamás que Pampita, Mariana Fabbiani o Guillermina Valdés –por mencionar sólo algunas– aparezcan en la temida lista de las peor vestidas. Ni sucederá nunca que Verónica Lozano o Zaira Nara, por ejemplo, sean el blanco de las furiosas críticas de los más refinados diseñadores.