Marcelo Gallardo se erige en un personaje de extrema visibilidad, de enorme trascendencia, merced a su trayectoria impresionante como entrenador de River Plate, y también imanta el interés de los paparazzis por su ámbito privado, por su plano personal y amoroso.
El director técnico ha sorprendido en las últimas horas por la visibilidad de una cuestión íntima, justamente para él que siempre resguardó a rajatabla su privacidad. Todo se vincula con la corporeidad que volvió a adquirir el romance con Alina Moine.
Todo explotó por los aires en los últimos días, cuando, en Socios del espectáculo se arrojaron a corroborar la nueva aventura de Gallardo y la periodista deportiva. De hecho, Karina Iavícoli reveló: “Me dijo Geraldine que está en el Sur con uno de los hijos que juega al fútbol, que viajó con un amigo y no tiene novio”.
Desde ese punto se enhebraron una enorme cantidad de análisis, de indicios, de búsquedas de fuentes certeras para corroborar la información. La propia acudió a la desmentida, porque en el ciclo de Rodrigo Lussich y Adrián Pallares bramó: "El día que tenga ganas de contar que tengo novio me saco una selfie y se la mando”.
Lo cierto es que la conductora de ESPN ya llevó a cabo diversos movimientos para acercarse geográficamente a Marcelo, dado que dejó atrás su vivienda en el exclusivo barrio de Puerto Madero, donde residió durante años, para mudarse a la zona norte del conurbano bonaerense.
Esta decisión se focaliza en el deseo de permanecer en una distancia más corta del hogar de Gallardo, para así lograr coordinar horarios y aventurarse en el desafío de compartir más momentos en conjunto. Todo marcha viento en popa para los tortolitos, mientras se termina de definir el divorcio con Geraldine La Rosa.