Alejandra Pradón es todo un ícono, una mujer bellísima que engalanó la pantalla, las tablas y las revistas. Con una belleza inconmensurable se transformó en una referencia, con su simpatía como aliada para expresarse. Picante también para declarar, sin tapujos para expresar lo que le gusta o lo que siente.
Esa rubia que atravesó de todo en su vida, desde la exposición más enorme, hasta un accidente gravísimo en el que esquivó un desenlace fatal. Conoció a miles de celebridades, animó horas y horas de televisión y nutrió decenas de obras de teatro. Su osadía para exhibirse, para mostrarse al natural, la llevaron a la tapa de Playboy por ejemplo.
Estoy tratando de aportar un granito de arena
Los vaivenes de su vida privada la inmiscuyeron en terrenos complicados, como su última mala experiencia, cuando un muy buen amigo, a quien ella deseaba regalarle una casa, la estafó a fines de 2019. Un caso que alcanzó notoriedad, para el cual acudió a los servicios de Fernando Burlando y que la empujaron a una situación económica complicada.
En ese momento, la bomba argentina describió: “Yo le iba a regalar la casa de mi papá que había quedado vacía. Como papá falleció, quería dejársela... imaginate cuando me enteré de esto: me cayó como un balde de agua fría...me desmayé”.
En estos tiempos de cuarentena, Alejandra escribió un nuevo capítulo de su vida. Uno diferente, al menos un aspecto de su personalidad que no se conocía tanto. Pradón decidió ayudar a los que más lo necesitan y se encolumnó en una acción solidaria.
La modelo se acercó al barrio de La Boca en la apertura de un comedor comunitario, que realiza una tarea loable para brindar comida y abrigos a los vecinos de la zona.
Paparazzi charló con Alejandra, que detalló el proyecto: “Fui la madrina de un comedor abierto en la calle en La Boca. La gente come, va a buscar ropa, le dan abrigo, le dan pañales. Estoy tratando de aportar un granito de arena”.
Gran gesto de la vedette, que no se le cayeron los anillos para ofrecer un eslabón en una causa justa. Así lo retratan las imágenes, en las que Alejandra se abraza con los vecinos, se sube a un escenario para emanar un mensaje de ayuda. Un ejemplo, que estaría buenísimo que muchos otros copiaran.
