Un viento sopla fuerte para arremolinar todo a su paso y modificar el escenario. Así, con ese poder disruptivo se trastocó todo en la estructura de Wanda Nara, que sorprende con una serie de señales en pos de una reconciliación con Mauro Icardi, a pesar del anuncio de separación que emitió hace semanas.
La influencer salió a gritar que ya no latía amor con el futbolista, de hecho se supo que ya había activado los papeles de divorcio en el exterior para finiquitar todo. En esa decisión tajante, la blonda regresó a Turquía y se instaló en un hotel de lujo y no en la casa familiar.
No obstante, en los últimos días se mostró muy cerca de Icardi. Primero al asistir a un estadio de fútbol y sentarse al lado en las tribunas. Luego, los dos postearon una noche singular, con unas imágenes de una limusina ambientada en color rosa, lo que infería a una cita.
Como si fuese poco, Wanda demostró que salieron a jugar al bowling con su madre Nora, la pareja de ella, y también se leía en la instantánea que Mauro formó parte de esa competencia de entretenimiento. Es decir, que participó de ese rato de distracción.
En toda esa confusión generalizada, y con la ausencia de una postura de Nara, una declaración, tomó tremenda relevancia lo que informó Ángel de Brito. El conductor visitó la mesa de Mirtha Legrand y contó una infidencia que le transmitió la propia Wanda en privado.
“¿Cuál ha sido el escándalo del año?”, le consultó la diva. Así, Ángel soltó su perspicaz conocimiento del universo de la farándula argentina y no dudó en señalar: “Me parece que el más grande es el de Wanda y Mauro Icardi. Por lo menos es el más popular. Van y vienen”.
Hasta que de Brito compartió el contenido de la confesión de Nara sobre sus idas y vueltas con Mauro y exteriorizó: “Wanda me dijo que ella era muy tóxica, así que si lo reconoce ella…”. ¿Qué quiso decir? Evidentemente algo se cuece en el interior de esa pareja de la influencer y el futbolista.
