Mariana de Melo es una buena chica, trabajadora, y nadie que haya sabido estar en el mundo del espectáculo podrá hablar mal de ella. Pero las cosas en el amor a veces corren por caminos muy diferentes a los de la bondad. Y, esta vez, la morocha pasa por una fea.
José Fortunato, el papá de sus dos hijas, decidió cortar con la relación que tenían hace más de 10 años. Y el mundo de le vino abajo a la morocha. Es más, decidió cortar y dar una señal tremenda para los tiempos que corren: borró todas las fotos que estaban juntos en su red social favorita, Instagram.
Cuando menos se lo esperaba, Mariana descubrió lo que nadie enamorado quiere. “El estaba con otra mujer. Y voló todo por los aires”, dice una persona que conoce muy bien a la pareja. "A pesar que ella intentó perdonarlo, ya era tarde. “Al igual que Gago él se enamoró de otra”, agregan.
Y el muchacho se marchó. Y la dejó a ella en una mansión en Nordelta. “Llena de lujos y placeres, pero muy sola. Ella es una chica muy familiera, y con esto que le pasó del accidente hace muchos años quedó más para adentro”, dicen sobre la vida de princesa que llevó en este tiempo.
Cuando empezaron a salir De Melo y el empresario, ella dejó de trabajar en los medios y fue mamá de dos niñas hermosas. Y allí viven, en la zona más residencial del norte de la Capital Federal. “La casa es hermosa. Tiene vista al lago y todos los chiches. El no le pidió nada. Y se fue”, argumentan.
Pero De Melo se siente sola. Como una reina perdida en su inmenso palacio. Los papeles del divorcio no llegaron todavía, pero a ella nada parece importarle. “No creo que volvería, pero está golpeada”, cierra su amigo.
MIRA LAS FOTOS DE LA CASA DE MARIANA DE MELO EN NORDELTA…
