Apenas unos días, solo un par de días desde que Gustavo Martínez apagara su luz, con esa decisión tan íntima ,y compleja, de quitarse la vida desde el balcón del edificio de Belgrano. Una partida que abrió las puertas a decenas de intrincados conflictos familiares.
La muerte de la expareja de Ricardo Fort focalizó la atención en el devenir del clan, de las relaciones interpersonales, de los pactos de silencios, de los manejos y sobre todo maximizó la atención en los mellizos Felipe y Martita.
Justamente, los adolescentes experimentaron un fin de semana muy movilizante, dado que alcanzaron la mayoría de edad al cumplir 18 años. A pesar de las presunciones, los jóvenes decidieron continuar con el plan original y viajaron a Estados Unidos a celebrar esta fecha tan decisiva.
Sí, a unos días del suicidio de su tutor, Felipe y Martita se sumergieron en las beldades de Beverly Hills, en pleno estado de California. Ahí se instalaron en compañía de su tío Eduardo Fort y Rocío Marengo y soplaron las velitas en un restaurante muy sofisticado.
Luego de ese episodio de festejo, los hermanos se separaron y la hija de Ricky se trasladó a Inglewood para disfrutar del concierto de Bad Bunny, una sorpresa que se presume le organizó su tío y de la que posteó varios videos y fotos a pura emoción por presenciar el show.
Así, Martita compartió con sus followers las vibraciones especiales que le recorrieron el cuerpo por este obsequio tan personalizado y particular. Totalmente conmovida por la posibilidad de divisar en una posición privilegiada el recital, la joven escribió en su Instagram: “No supero mi regalo de cumpleaños”.
