Benjamín Vicuña perdió a su hija mayor Blanquita, fruto de su relación con Pampita, en 2013 cuando tenía apenas 6 años. La pérdida no se supera jamás y el actor ayuda día a día a otros padres a vivir con el dolor que significa la muerte de un hijo.
"Por respeto a esas miles de personas que tienen que atravesar ese camino tan difícil y solitario como es el duelo y la pérdida de un hijo, te respondo que la puesta a punta sea el amor, la amistad, la solidaridad", manifestó Vicuña.
Vicuña contó que otros papás se comunican con él para que los ayuden: "Hay gente que me escribe por las redes sociales y siente la misma ansiedad y angustia que yo viví en algún momento, pensando si de esto se puede salir. Si se puede volver a encontrar la felicidad. Si esa llama, ese dolor infinito, en algún momento se apacigua. No quiero ser referente ni ejemplo de nada porque sería demasiado pretencioso".
Y aseguró que el motor para salir adelante son sus hijos: "En mi caso creo que el gran motor fueron mis hijos. También un amor divino que va más allá de mi fuerza, viene de arriba y me ilumina. Creo en Dios y La fe es clave. Pero no quiero hacer una bajada ni una editorial de esto. Cada uno tiene el derecho de sentirlo y vivirlo como corresponde o como pueda. Trato de evadir este tema porque es muy complejo y muy profundo", continuó.
"Ayer me escribió un padre diciendo que lo había ayudado con una campaña que estaba luchando por sacar adelante a su hija. Lamentablemente ella partió, y él lo primero que me pregunta si se sale de esto, si pasa en algún momento", contó Benjamín.
"Entonces es inevitable sentir que soy como una especie de Embajador por lo que me tocó vivir y por lo mismo debo compartirlo con personas que están atravesando el peor de los momentos. Sólo quiero decir que hay fe, hay una vida generosa. El sol sale y por respeto a las personas que amamos, debemos salir adelante", cerró.
