¿Cuánto tiempo habrán tardado Yanina y Diego Latorre para elegir el nombre de su primer hijo? Haya sido mucho o poco -al fin de cuentas lo llamaron Diego, igual que al padre, como si siguieran una tradición de las familias de cierto linaje- al pibe parece que no le importó pues se cambió la identidad, al menos artísticamente.
Dieguito Latorre integra uno de los clanes mas mediatizados del país, aunque vale aclarar que es el menos expuesto de todos sus integrantes. Hasta su abuela materna fue motivo de polémica alguna vez (cuando la llevaron a Miami para vacunarse contra el covid) pero él venía invicto de escándalos o de visibilidad pública. Hasta ahora, que la cosa va a cambiar por pura y exclusiva decisión suya.
Hasta hace un tiempo, Dieguito pretendía tener una carrera parecida la del padre: Diego Latorre fue un reconocido jugador de fútbol que desarrolló la mejor parte de su campaña en Boca y luego anduvo por España y México. Cuando volvió a la Argentina se alistó en Racing, lo que le generó más de un cortocircuito con la hinchada Xeneize. En un partido con la Academia, incluso, se tapó la nariz con los dedos y la tribuna de Boca se lo quería comer. Pero jugaba bien, era un volante con gambeta, gol, precisión, panorama y habilidad.
Dieguito probó con la número cinco, y en un momento pareció bastante encaminado. Pasa que llegaron la pandemia y ese momento donde los futbolistas de las divisiones inferiores deben firmar su primer contrato y el joven se encontró con que el fútbol, de alguna manera, le dio la espalda. La frustración fue importante, y la sumatoria de circunstancias -el final de la secundaria, el encierro estricto, y la desazón futbolera- medio que lo habían deprimido.
Todo eso generó en Dieguito la necesidad de expresarse, de canalizar de alguna manera ese cúmulo de sensaciones y experiencias. Y a tono con los ritmos musicales que están de moda, se convirtió en trapero, ese género que combina el discurso "de denuncia" o "de fajina" con rimas al mejor estilo de una "payada".
Por estos días, lanzó su primer corte, "Hablen de mi". La canción generó un puñado de elogios y también muchas críticas, algunas de las cuales fueron respondidas por el propio Dieguito y por sus amigos. "Atendiendo boludos", escribió él pibe, al que habrá que empezar a dejar de decirle Dieguito y llamarlo por su nombre artístico: Juampman. ¿Cómo? Juampman. Y bueno, tendremos que aprenderlo.
