En la vida se había hablado tanto de la abogada Ana Rosenfeld: esta semana se debatió acerca de sus actitudes en una especie de "cadena nacional" que incluyó a todos los programas de chimentos... y más allá también. Un par de semanas como "Angelita de LAM" la pusieron en el centro de la escena, y después de protagonizar una feroz pelea con Yanina Latorre se le empezó a poner "media tele en contra". Curiosamente, los que se embanderaron en una especie de cruzada "anti-terror de los maridos" fueron los integrantes de Intrusos, un programa del mismo canal donde ella trabaja.
Pero en LAM, el ciclo que integra hace poco más de un mes, tampoco las tuvo todas consigo. En su primer día de ausencia luego del escándalo (se fue de vacaciones a Miami en el medio del embrollo y tiene previsto regresar recién el 26 de este mes) también le dijeron de todo. Durante toda la emisión del martes sobrevoló la idea de que Rosenfeld estaba "el vip del aeropuerto de Eizeiza" viendo el programa, y que mientras lo observaba iba tuiteando diferentes cuestiones.
Igualmente, lo peor llegó más tarde, cuando una vez arribada a la ciudad de los Estados Unidos donde tiene radicada una parte de su familia y donde transitó uno de los momentos más difíciles y dolorosos de su vida (tanto ella como su marido, Marcelo, contrajeron covid y él no lo pudo superar) no tuvo mejor idea que ponerse a retuitear cosas que publicaban distintos internautas en contra de LAM.
Ya casi que no hace falta aclararlo, pero por las dudas: en el idioma digital, "darle retuit" a algo que se escribe es algo así como apoyar la idea o repetirla. No es "aplaudirla", lo que configuraría un "like", un "fav" o un "me gusta". Salvo en raras y contadísimas ocasiones, aquello que se retuitea, sea lo que fuera, es algo que se avala. Básicamente eso. Lo que se "likea" también se celebra.
Por eso, cuando "faveó" cosas como que "En LAM no se hace periodismo" hubo una sensación de que podía pasar algo. Y lógicamente, sucedió. Angel de Brito, uno de los reyes de Twitter entre los periodistas argentinos, advirtió rápidamente la situación y dio una postura clara y concreta: juntó un par de "likes" de Rosenfeld y escribió "Querida Ana Rosenfeld, muy lindos tus "likes". Un beso". Si bien está escrito y no hablado, se "olió" cierto tono irónico por parte del conductor del ciclo que hace seis años sacia la sed chimentera de sus millones de seguidores.
Después, De Brito se fue haciendo eco de las reacciones de distintos usuarios. Así, fue poniendo que "No me ofenden los likes como tampoco me ofendió ver como ella desgranaba compañeros de producción, vestuaristas, maquilladoras y peluqueras" y sentenció "eso mismo" ante una tuitera que escribió "Ay gente tan difícil es entender q lo q le choca a Ángel es q AR likee comentarios dnd se bardea al programa (como tal) q él conduce y cuya producción le está pagando un sueldo? Si le parece un “programucho” q renuncie en vez de líjese x TW".