Luis Ventura y Fabiana Liuzzi la vienen de pasar realmente mal con su hijo Antoñito. El pequeño viene de superar un cuadro de dengue y neumonía, que por suerte logró dejar atrás y la mamá del niño habló en profundidad del trastorno neurológico que padece, describiéndolo como “cicatrices en su hemisferio izquierdo del cerebro”.
El nacimiento del niño fue un verdadero milagro por la complicada gestación que tuvo en el vientre de Fabiana y por haber nacido de manera prematura, con apenas seis meses de vida. En una entrevista que dio para Desayuno americano, con su relato conmovió a Pamela David.
"Antoñito tiene ECME (Encefalopatía Crónica No Evolutiva), son pequeñas cicatrices que tiene en el cerebro. En el hemisferio izquierdo. Yo creo que, en estas patologías, le van poniendo diferentes rótulos. La base del problema es que él tiene pequeñas cicatrices en el hemisferio izquierdo, que justamente es la zona que digita el habla", empezó explicando Fabiana.
Aunque Luis siempre estuvo en todo momento para hacerse cargo de su hijo, transitar el embarazo de Antoñito fue muy traumático y sobre todo por las consecuencias que sufrió su organismo. En el tratamiento médico que comenzó, hubo algunas falencias que complicaron su salud.
CÓMO ES LA SALUD DE ANTOÑITO VENTURA
"Él nace de seis meses y medio. Se salva de milagro, eran gemelos. Uno se detuvo en el comienzo del embarazo. De eso me enteré a los tres meses de gestación. Lo que sucede es que el otro lo reabsorbió. A mí me dieron una medicación para acelerar el funcionamiento de los pulmoncitos y eso fue una granada en mi cuerpo", comentó Fabiana.
Feliz y agradecida de tener a su hijo al lado, para Liuzzi el niño es la persona más importante de su vida. Si bien el destino la puso a prueba, confesó de qué manera logró salir adelante con esta situación tan adversa y que aceptó desde un primer momento.
“Me dieron el diagnóstico al año. Por suerte, motrizmente, su avance fue rapidísimo. Caminó a término. Cuando te dan el diagnóstico es angustiante para cualquier mamá, pero esa angustia la transformé en fortaleza y en aprendizaje. Uno siempre está buscando qué más (se puede hacer) y es el mismo niño el que te va guiando por qué camino ir", concluyó Fabiana.
