Gabriel Rolón da consejos para enfrentar la cuarentena: “El placer es la válvula de escape de la olla a presión que es nuestra psiquis” – Revista Paparazzi

Gabriel Rolón da consejos para enfrentar la cuarentena: “El placer es la válvula de escape de la olla a presión que es nuestra psiquis”

La pandemia y el aislamiento social obligatorio provocaron un cambio de vida total. El psicoanalista nos invita a una reflexión donde el sentido de la pérdida, los afectos y el tiempo tienen un valor crucial.
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Los tiempos de incertidumbre y preocupación se instalaron en la sociedad a consecuencia de la pandemia de coronavirus que tiene en vilo al mundo. Gabriel Rolón (58), uno de los psicoanalistas más prestigiosos y populares del país, admirado y respetado, reflexiona en voz alta en las páginas de Paparazzi e invita al pensamiento colectivo.

“No creo que esto venga para algún bien. Muchas veces la vida tiene momentos imprevistos o, por qué no, injustos, que no traen aparejado bien alguno. Sin embargo, nos encontramos ante algunos desafíos que, de resolverlos del modo correcto, podrían dejarnos alguna enseñanza”, llama a la comprensión el especialista en salud mental.

–Los cambios en general producen temores, incertidumbres, dudas, sobre todo a enfrentar lo desconocido. ¿Es seguro que sufriremos algún trastorno anímico o hay maneras de salir fortalecidos?
–Seguramente, en menor o mayor medida, todos vamos a sufrir con esta situación. Como bien decís, es una situación que genera incertidumbre, y la incertidumbre angustia. Porque en todos los ámbitos de la vida necesitamos sentir que algún control tenemos sobre lo que nos puede pasar. Estar parado frente al vacío de sentido, frente al enigma, es muy difícil, y hoy nos toca esa situación. Por eso corremos desesperados en busca de respuestas, pero la desesperación no es buena en casos como estos. Son momentos para intentar relajarse, por más difícil que sea y asumir la parte que nos toca, que es el compromiso de aceptar y cumplir con las normas que nos imponen los que intentan cuidarnos. Pienso que si hacemos eso, si este tiempo de aislamiento forzado no se transforma en un calvario, es posible que aparezcan en nosotros mecanismos y pensamientos nuevos que nos hagan un poco más fuertes.

–Se dice también que muchas cosas se valoran recién cuando se pierden. ¿Es un buen momento para reflexionar acerca del valor que tienen los besos, los abrazos y los afectos?
–¡Esta vez estoy de acuerdo! Por lo general, naturalizamos tanto el saludo, el beso o el abrazo que muchas veces, cuando los damos, lo hacemos de un modo mecánico, como si no fuera nada de nosotros en esos gestos. Ahora comprendemos lo importante que son esas cosas y, sobre todo, lo importante que es que, cuando podamos retomar nuestros hábitos cotidianos, nos apropiemos y nos comprometamos cada vez que damos un abrazo. Si ese abrazo no lleva nada de nosotros es un acto vano.

–Se critica mucho la tecnología. ¿Hoy pueden ser el celular, el WhatsApp o las redes sociales un vehículo para transmitir cariño?
–¡Definitivamente, sí! El otro día me dijo una paciente que estaba muy angustiada porque dado el aislamiento no podía ver a su hija. Y le marqué que nada le impedía verla. Que le hiciera una videollamada, que cenaran juntas conversando, mostrándose lo que habían cocinado. Así lo hizo y luego me llamó para decirme que estaba contenta y más tranquila. Ver a los que amamos es muy importante, por eso pienso que llegó el momento de que esa tecnología que tanto criticamos se ponga nuestro servicio. Háganlo, les aseguro que calma y sirve para disminuir tanta ansiedad.

–¿Imaginar cuántas cosas podremos hacer cuando la pandemia pase puede ser una buena iniciativa?
–Sí, porque los proyectos nos generan la sensación de que hay futuro y que, en ese futuro, podemos desplegar un anhelo personal.

–¿Las actividades lúdicas: leer, mirar series y películas, jugar, escuchar música, son recomendables en estos casos?
–Son muy recomendables porque lo que nos aleja de la ansiedad es el placer. Y, aun en situaciones como estas, podemos obtener placer leyendo un libro, escuchando música, viendo una serie o haciendo el amor con nuestra pareja. El placer es la válvula de escape de esta olla a presión que es nuestra psiquis. Como sabemos, todo estímulo demasiado repetido deja de tener efecto, por eso es bueno encontrar distintas maneras de ocupar nuestro tiempo para que no sea un tiempo padeciente.

–Para los padres que tienen hijos chicos la cuarentena junto a ellos es todo un tema. ¿Hay manera de transcurrirla sin volverse loco en el intento? ¿Hay que entender a los chicos y darles libertades o fijar límites?
–Hay que entender a los chicos y aceptar que ellos perciben nuestra tensión, nuestro miedo y reaccionan en consecuencia a eso que perciben. Por eso, la mejor manera de que ellos estén tranquilos es que nosotros estemos calmos. Así y todo, dependiendo de la edad, puede ser que no tengan las herramientas para hacer frente a este cambio de vida que nos impone el aislamiento. Habrá que trabajar sobre nosotros mismos para ser pacientes y comprensivos sin por eso dejar de poner límites. Es un momento en el que todos aceptamos límites y los chicos no son la excepción.

–De los momentos de angustia e impactos fuertes como estos, ¿se sale mejor o peor parados?
–Cada quien responde en la vida desde lo que es. Las personas psicológicamente sanas pueden fortalecerse, en cambio quienes sean inestables es probable que luego de todo esto requieran de ayuda profesional.

–¿La cuarentena es una buena oportunidad para descubrir que aburrirse no es tan malo?, ¿es mejor hacer cosas o aprovechar para encontrarnos con nosotros mismos y nuestra gente? 
–Es una oportunidad interesante para estar en contacto con nuestros afectos íntimos y con nosotros mismos, es cierto. Lo cual implica también un desafío, porque la vorágine cotidiana no nos da esa opción y quizás haga mucho tiempo que alguien no se cuestione si está contento con el rumbo de su vida o si realmente desea estar con quien está. Pero no deja de ser importante comprender estas cosas para ver si, una vez atravesada la tormenta, queremos o no seguir por el camino que veníamos recorriendo.

–La diferencia entre miedo y pánico es crucial. ¿Cómo se evita el pánico y por qué es tan importante hacerlo? 
–Es crucial. El miedo es una reacción sana que nos advierte de la presencia de un peligro para que pongamos en movimiento nuestros mecanismos de defensa, es decir, el miedo está para protegernos de situaciones riesgosas. En cambio, el pánico es la desmesura del miedo y, lejos de llevarnos a conductas de cuidado, nos hace decidir cosas que terminan siendo aún más peligrosas.

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