Dentro de los medios de comunicación, y a lo largo de los años, se conocieron diversas parejas que lograron mantener su romance durante algún tiempo, otros que se convirtieron en padres, como así también se conocieron grandes e impactantes rupturas que sorprendieron a todos los espectadores.
Sin embargo, Guillermo Andino y Carolina Prat se convirtieron rápidamente en uno de los matrimonios más consolidados del ambiente, y además de demostrarse su amor de manera privada, suelen aparecer juntos ante las cámaras para contar algunas de sus experiencias como pareja.
En la noche del viernes, los dos estuvieron presentes en el ciclo Los Mammones, en donde mantuvieron un divertido ida y vuelta con su conductor Jey Mammon, quien los obligó a contar anécdotas inéditas de su relación de más de 22 años como así también que ambos hablaran sobre sus inicios en sus respectivos trabajos.
En este contexto, la pareja rememoró cómo fue su tan soñada boda y los planes que vinieron luego de aquella noche especial, pero fue Andino quien confesó que minutos de antes de ingresar a la iglesia vivieron uno de los peores momentos de su vida.
¿Qué pasó? El conductor se olvidó las alianzas dentro de su departamento, y también dejó dentro, sobre una mesa, las llaves de la puerta principal: “Yo vivía a tres cuadras de donde nos íbamos a casar y pensaba que tenía tiempo. Pero cuando salimos me doy cuenta que dejé todo adentro”.
Asimismo, reveló que lograron solucionar el conflicto gracias a la ayuda de un amigo que tenía unas llaves de repuesto: “Estaba el ahora padrino de nuestra hija mayor que tenía una copia de las llaves. Porque antes era mi departamento de soltero y alguien tenía que tener un juego de más por las dudas. Porque podían pasar estas cosas, pero no en el día de mi casamiento”.
"Me olvidé las alianzas y las llaves de mi departamento adentro, y ya salía para la iglesia donde nos íbamos a casar"
No obstante, su “colega salvador”, hizo todo lo necesario para rescatarlas: “Todos en el ascensor a las puteadas, pero llegamos a planta baja, él fue rápido en un taxi hasta su casa porque vivía a quince minutos. Fue a buscar las llaves mientras nosotros nos íbamos, sin decir que me las había olvidado porque terminábamos mal”.
Entre risas, y con la mirada atenta de su esposa, Andino terminó de contar la historia que, por suerte, tuvo un gran final feliz: “Todo se dio un minuto antes, estábamos en la parte de atrás… entra Caro, y llega mi compadre y me dice bajito ‘tengo las alianzas’. Me las dio y por suerte llegamos justo”.
