Rocío Marengo atravesó una fortísima tormenta, una sacudida que puso en peligro la continuidad de su pareja con Eduardo Fort. Esas turbulencias se visibilizaron en la pantalla chica, a través de los reclamos y las lágrimas que derramó al aire de La Academia.
No obstante, las nubes ya se despejaron en el firmamento de la mediática, quien cayó en los brazos de su novio una vez más para prolongar esta historia, que nació hace más de ocho años y que la estimuló todos los días a intentar cumplir diversos proyectos.
Lo cierto es que Rocío regresó al hogar de Fort, esa propiedad fastuosa, repleta de comodidades y lujos. La casa se encuentra en un exclusivo country de la zona norte del conurbano bonaerense, así que la seguridad y la privacidad se erigen en un factor importante.
Marengo nunca exhibió la mansión para entrevistas, ya sea a medios gráficos o audiovisuales, no obstante se encargó de exhibir las beldades de su hogar a través de las redes sociales, al postear fotos en casi todos los ambientes del nidito de amor.
Una de las principales atracciones de centra con el jardín, que luce con una dimensión kilométrica y en el que brilla una piscina fantástica para paliar las temperaturas del verano. Un rincón de la casa en el que Rocío suele pasar varias horas para disfrutar del contacto con la naturaleza.
En las imágenes que publica Marengo se logra inferir que la casa dispone de una decoración moderna y liviana, en el que los colores claros predominan, así como el amoblamiento sencillo, pero de excelente factura. Dentro de todos los chiches, Rocío se fotografió en un vestidor enorme, en el que guarda su ropa, su colección de zapatos y su inmensa gama de carteras.
