Un episodio de antaño, vintage, que acumulaba polvo se transformó en la cerilla de una explosión, que lanzó esquirlas por doquier y tiñó todo de un clima de guerra. Marcela Tauro reavivó un viejo enfrentamiento con Débora D’Amato y se construyó un campo de batalla de acusaciones cruzadas.
La panelista de Intrusos aseguró, en su visita a LAM, que la periodista fue la autora de la filtración de datos a Jorge Rial del mentado grupo de WhatsApp paralelo. Un misterio que late hace años y que nunca adquirió un tamiz definitivo por la ausencia de pruebas.
Débora no obvió la imputación, ese concepto de traidora que instaló Tauro, y decidió salir con los tapones de punta para armar un descargo extenso y cargado de detalles. “Ella dice tener una espiritualidad, que no lo pregona, me encantaría que su espiritualidad no sea tapada por su oscuridad. Desconozco cual es el problema que tiene. No tengo nada para decir como compañera, nunca en mi vida filtre nada de nadie”, exclamó.
En todo ese terreno de confrontación apareció la palabra de Rial, que se sumó a la polémica y contó la verdad del chat y defendió a D’Amato. "Es verdad que a mí me filtraban, pero no fue Débora. Todo comienza por un error. Alguien se equivoca y me chatea a mí con una captura. Un hombre, no una mujer del grupo. Ahí me entero", confesó.
En ese descargo en su programa radial, Jorge agregó más detalles de ese entuerto: "Después otra mujer, que no era Débora, me empezó a mandar cosas. Una que es muy proclive a mandar cosas de todos los chats que ella tiene, de cualquier otro medio. Le gusta repartir todo".
Para reafirmar que D’Amato no tuvo nada que ver con la filtración de capturas, Rial expresó: "Pero no fue Débora. Fue una casualidad de un integrante masculino que se equivocó. Me mandó una captura y le dije '¿qué es eso?'. Ahí me explicó y me cag… de la risa". ¿Quién fue? En ese grupo estaban Adrián Pallares, Guido Záffora, Daniel Ambrosino y Damián Rojo.
