El Gran premio de la cocina lleva varias temporadas al aire. Pero está vez, su ganador se destacó por sus características personales, aparte de las culinarias. Julián Bermúdez fue acusado de ser un participante soberbio. Y ahora, con su estilo, decidió defenderse.
Días atrás, el chef que ya supo pasar por otros programas de tevé, como el mismo reconoció, se sinceró sobre el “mote” que le pusieron mientras avanzaba su presencia en el programa de las tardes de El trece, conducido por Carina Zampini.
A días de consagrarse como el gran ganador, Julián habló con Por si las moscas, el ciclo de radio de La once diez/Radio de la Ciudad, donde manifestó su postura ante las críticas que recibió por su forma de ser.
Participante de los que dan que hablar, de los que logran traspasar la pantalla chica para meterse en miles de hogares, Bermúdez reconoció, sin pelos en la lengua. “Mi personalidad es bastante chocante, soy egoísta en mi propio mundo”, afirmó Julián, que al ganar el concurso, emocionó con un mensaje de superación.
“Yo generé un vínculo desde la gastronomía, desde ese lado sí me pude comprar al jurado desde mostrarles mi capacidad. Si un plato no me salía bien, realmente estaba mal, no me importaba el rating”, dijo Bermúdez, sin filtro, al aire.
“El ego del cocinero es algo muy delicado, lo copado de todo esto es cuando uno puede justificar la soberbia, me encontré cocineros que se jactan de ser los mejores y después entran a una cocina y no saben hacer nada”, advirtió el cocinero, con su estilo directo y sin vueltas.
“Yo peco de soberbio pero creo que lo demuestro. Haber ganado con estilo, haber sido un antes y un después y me parece que eso justifica la soberbia”, remató Julián. ¿Quedó claro?
