La sorpresiva confesión de la asistente de Maradona en Dubai: cuánta plata le ofrecieron para ser su novia – Revista Paparazzi

La sorpresiva confesión de la asistente de Maradona en Dubai: cuánta plata le ofrecieron para ser su novia

Gabriela pasó por Los Angeles de la Mañana, el programa de Angel de Brito, y se despachó con todo.
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Gabriela Camaño no había dado la cara en la televisión argentina. Y este viernes 6 de agosto lo hizo con todo: en Los Angeles de la Mañana, el programa de Angel de Brito, en eltrece, contó todos los detalles de sus días junto a Diego Maradona en Dubai y relató lo que le ofrecieron para ser su novia.

"Me lo propusieron en un momento en el que no estaba Rocío. Diego no sabía estar solo. Quien me lo ofreció, me pedía que lo contenga, que esté acompañado o que haya alguien al lado de él para que se mantenga contento, de buen ánimo", afirmó Gabriela.

¿A cambio de qué era el “romance”? Mucho dinero, autos y una casa explicaron los periodistas: "Sí, había cosas. Era bastante generoso. Era lo que cualquier persona querría tener", dijo ella. Y luego se largó:  "'Todo lo que quieras, vos decilo y lo tenés', me dijeron. Fue de alguien de mucha confianza quien lo propuso, pero dije 'no, gracias'. Varias veces me lo ofrecieron".

"Es una diferencia abismal cómo vivía en Dubai y como vivía acá en la Argentina. Allá vivía como un rey. Estaba muy bien cuidado por todos. Tenía todo lo que quería. Su casa preciosa, todo impecable. Allá era feliz", contó Gabriela.

"Cuando yo llegué a su casa, él vivía con Rocío, quien era su pareja en ese momento. Su abogado visitaba siempre la casa, tenía su guardaespaldas también. Allá conocí a todos sus hijos: Jana, Diego Jr., Dalma y Gianinna. Lo visitaban a Diego y cuando él estaba solo estaba todo bien", agregó.

"Cuando no estaba Rocio Oliva ahí él era él mismo. Compartían salidas, noches de karaoke. Es la vida que debió haber tenido siempre. Cuando Diego estaba solo, él podía llamar a quien realmente quisiera. Él me pedía que le marcara el teléfono y salía número no existente o no se podía comunicar. Si el número no es correcto no podía hablar", reveló.

"Claro, le cambiaban los números... ¿Era Rocío?", dijo Angel de Brito. "No era una sola persona", contó la mujer. "Un día le pide a alguien en la casa: 'quiero escuchar el CD de Los Palmeras' y le digo yo te lo grabo y te lo traigo. Pero le aviso: 'Mirá Diego que tenés todos los temas que querés escuchar en YouTube y me dice: '¿Qué es eso?'. Tenía un cine en su habitación y no sabía ni prender la tele...", contó.

"A Diego le gustaba tomar alcohol, pero te puedo decir que por él mismo muy pocas veces pedía algo para tomar. Sí había ocasiones en reuniones sociales que hacíamos cuando estábamos en casa, pero una cosa lleva a la otra...", relató.

"Diego era una persona difícil, pero muy inteligente. Había muchas cosas que ocurrían a su alrededor y no las sabía con certeza, pero las percibía. Tenía una alta percepción de cada uno. Sabía muchas cosas, pero como todo adulto en cierto momento cedés a muchas cosas y más si te gusta, entonces era fácil llevarlo a Diego. A pesar de que era difícil, era una persona que podías manejar si llegabas a conocerlo", agregó.

"Jamás lo vi drogarse, pongo las manos en el fuego. El alcohol sí. No era una persona que tomaba a diario, generalmente lo hacía en reuniones sociales". Y especificó: "Diego tenía el problema de que no podía dormir, entonces hay veces que estaba tres días mal...", confió.

La relación con Oliva nunca fue pacífica. Todos saben que no fue una relación tranquila. Muchas veces fui testigo de muchas cosas. Sí la quiso, creo que le daba toda esa chispa que a él le faltaba. Él necesitaba cariño, necesitaba amor. Ella estaba ahí. Él lo que quería era alguien para abastecer el amor que le faltaba, que tal vez no era exactamente el de una pareja", explicó.

Y terminó: "A gritos pedía amor Diego. Tenía una vida triste él. El tiempo que estuvo solo sin su pareja, me piden a mí que me quede en su casa. Yo vivía aparte, estaba todo el día y cuando él fumaba su último habano y se iba a acostar, recién ahí me iba. En un momento, cuando estuvimos solos, que fue un período de seis o siete meses, tuvimos más oportunidades de conversar como dos padres, porque yo también soy mamá. Y él tenía muchas necesidades de hablar..."

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