La China Suárez no detiene su marcha, sigue adelante a pesar de todo el embrollo y las secuelas que generó con ese romance clandestino que experimentó con Mauro Icardi y que le dio vida al escándalo más explosivo de los últimos tiempos: el Wandagate.
María Eugenia continúa con su espíritu libre y algo ajena a todo el análisis del caso, de esa infidelidad que elucubró el futbolista a Wanda Nara, que alcanzó su punto cúlmine con toda la planificación para encontrarse en una noche de hotel en París.
Lo cierto es que ahora, la China decidió descansar de todo y de todos. ¿Cómo? Sí, la actriz armó sus valijas, cargó los bolsos con todos sus petates y cruzó el charco para dirigirse a Carmelo, pero sin la compañía de ninguno de sus tres hijos.
Suárez se encuentra en Uruguay, se hospeda en una chacra llamada Campo de Magnolias, un verdadero paraíso ubicado en la inmensa tranquilidad de esas tierras charrúas. La razón de esa elección se centra en la amistad que profesa con la diseñadora Natalia Antolín, dueña de esa propiedad.
Ese mismo remanso fue escenario de una de las tantas reconciliaciones que ejecutó la China con Vicuña, dado que en diciembre de 2019 se instalaron en esa casona para limar asperezas y abrir un nuevo capítulo de su historia de amor. Incluso en ese lugar bautizó a su hija Magnolia.
Ese rincón del mundo se compone con cierta magia, porque su origen se remonta a 1930, por eso todavía lucen algunas de las construcciones originales. Además, el tamaño sideral le permite a sus dueños a cultivar un viñedo y también brindarle un refugio a los caballos con un establo enorme.
La típica morfología de las edificaciones de campo y de época se destacan en esta chacra, con interminables galerías y mucha ambientación con elementos campestres. Además de una pileta vintage que ofrece la posibilidad a la China de disfrutar del sol.
