Luciano Castro transita por un presente soleado, totalmente estimulado en el noviazgo con Flor Vigna y un sinfín de proyectos laborales, para conjugar una coyuntura espectacular. Dentro de ese estadío feliz, el actor se animó a describir el singular motivo del apodo de “gordo”.
El artista se caracteriza por un cuidado del físico exhaustivo, incluso en ese universo del entrenamiento conoció a su pareja actual, con el que se caracteriza por una anatomía impresionante, lo que genera como una ironía total el sobrenombre con que lo llaman sus amigos y colegas más cercanos.
En una entrevista con Detrás de escena se produjo la pregunta, que sonaba simple, pero que no siempre se explicó con total claridad. De esa manera, Luciano se lanzó a narrar el punto cero de toda esta historia, que se vincula con una época distinta en su apariencia.
"Hoy como bien y me entreno, pero antes no. Por lo general, los que me llaman gordo me conocen de joven; siempre tuve tendencia a engordar. De joven, a los veintipico o 30, pesaba casi 100 kilos, no comía sano y no entrenaba como ahora", reveló.
Para aportar más detalles de la situación, Castro agregó: "En aquella época, se mezclaba la masa muscular con la grasa y estaba muy grandote. No quiero ser despectivo, pero era gordo y tenía panza. Hay que hablar con mucho cuidado porque hay gente que sufre y este tema dicho por mí hasta parece un chiste”.
Y finalmente, el novio de Vigna contó la identidad del famoso al que se le ocurrió ese apodo tan particular. "Fue el Puma Goity, cuando hacíamos Los Roldán. Ahí me empezaron a llamar el gordo, después se sumó Facundo Espinosa, Coco Sily y Miguel Ángel Rodríguez. Ellos fueron los que más me arengaron el apodo y no me lo quité nunca más", expresó.
