María Julia Oliván se disfraza de payasa para conectar con su hijo de 6 años – Revista Paparazzi

María Julia Oliván contó cómo hace para "conectar" con su hijo de 6 años que sufre autismo: "Me disfrazo de..."

La periodista explicó la técnica que aplicó para que su niño conecte con ella desde bebé.
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En abril de 2016, a sus 41 años, María Julia Oliván concretaba su sueño de ser madre con la llegada de Antonio. En medio de la alegría y felicidad de incursionar en la maternidad, un año y medio más tarde la periodista recibió una noticia que la preocupó y entristeció: su pequeño fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista.

“Yo era madre primeriza y lo llevé al pediatra, a un control de rutina. El médico un día me preguntó: ‘¿usted juega con el niño?’ Porque veía lo que se conocen como signos de alarma en la detección temprana. Notó un juego atípico. Él tenía un consultorio que era como una pequeña plaza. Y vio que Antonio iba de un lado a otro, no se quedaba a jugar”, contó la ex panelista de Intratables.

Luego de recurrir a un neurólogo infantil especializado en trastornos del neurodesarrollo determinaron que el niño tenía un retraso en la comunicación y el lenguaje. Desde entonces, María Julia renunció a sus trabajos y se dedicó de lleno estar con su hijo y acompañarlo.

Contenta con los avances y logros con Antonio, el martes 5 de julio la periodista salió en vivo en LAM y en medio de una conmovedora entrevista habló sobre cómo logró ayudarlo a salir adelante disfrazándose de payasa a fin de que el menor la mire a los ojos.

Fui payasa, está en mi currículum. Compré mi primer auto con las fiestas infantiles y en la semana trabajaba en un banco. No es que soy una genia, me gustan los chicos. Tuve ganas de ser madre y lo busqué mucho. Además, fui maestra en un colegio bilingüe”, confesó Oliván.

"Hay que lograr que nos miren y cuando era más bebé me ponía una peluca y nariz de payaso y le preguntaba qué quería. hoy lo hacemos como juego", contó Oliván.

Acá, uno de los problemas principales es cómo lograr, cuando tu hijo quiere algo, que nos mire. Para que se de cuenta que lo que quiere tiene que haber una persona que se lo acredite. Los chicos tienden a agarrarlo porque les cuesta el lenguaje y la comunicación”, explicó la periodista.

“Cuando era más bebé y estaba sentado en su sillita me ponía la nariz de payaso y una peluca y le decía qué querés. Y él balbuceaba hasta que después dijo: Yo quiero agua. Ahora uso las pelucas pero para jugar, que es otro estadío”, remató María Julia quien demostró ser una madraza.

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