El destino le deparó un regalo magnánimo, una posibilidad de encontrarse con un acto maravilloso e indescriptible. Mike Amigorena modificó para siempre su vida con el aterrizaje a este plano de Miel, esa luz que llegó para iluminar su corazón.
Corría el mes de febrero de 2020 cuando el actor se llenó de felicidad con el nacimiento de su única hija, a sus 47 años, lo que elevó el amor que lo imantó con Sofía Vitola, su pareja desde dos años antes. Una bisagra disruptiva para el talentoso artista.
En la actualidad, Mike luce embobado, totalmente embelesado con cada pasito de su pequeña, con quien se arroja a experimentar todo tipo de situaciones, desde las más cotidianas hasta esas intangibles, que solo se vibran en el alma.
En lo que respecta al vuelco radical en su existencia, Amigorena reconoció: “Ella me aporta otro lenguaje, es otro mundo… algo galáctico porque no se compara con nada. Llegó el momento de crecer de verdad. Eso es lo que hizo, me hizo mejor en todo y conocer mis propias limitaciones”.
Claro que una de las aristas más peculiares, o no tanto, de esta historia se vincula con el nombre que eligieron para su hija. Por eso, Mike se animó a contar la verdad de esa idea: “Fue muy súbitamente. La verdad es que no se iba a llamar así. Con Sofía nos miramos después de escuchar ‘Miel’ y fue porque sí”.
En ese diálogo con Revista Gente, el actor profundizó en el concepto de los motivos que tallaron en su corazón para detectar que Miel era el indicado: “No significa otra cosa que un bautismo tácito. El universo escogió ese nombre para ella”.
