En una mansión de Turín, en el norte industrial y rico de Italia, hay dos joyas. Una está dentro de la casa y es Paulo Dybala, el jugador de la Juventus y del seleccionado nacional de fútbol. La otra descansa desde ayer en el garaje del palacio: es la impresionante Lamborghini que se acaba de comprar el futbolista. Oriana Sabatini, la novia del delantero, disfruta a sus dos joyas.
Dybala es uno de los jugadores mejor pagos del mundo y es un fanático de los autos deportivos. Las dos situaciones se dieron la mano para que el cordobés, que iniciara su carrera en Instituto y luego la siguiera en el Palermo y en la Juventus, ambos de Italia, se diera un gusto gigante: pasó por la afamada fábrica de Lamborghini y se fue manejando una exclusivísima Aventador S Roadster que fue hecha para específicamente para él.
El vehículo es completamente amarillo y tiene algunos bordes negros -como sus asientos- y tiene un valor estimado en cerca de 600.000 dólares, lo que lo convierte en uno de los rodados más caros del mundo. Lamborhgini es una de las firmas más cotizadas entre las que fabrican autos deportivos.
Curiosamente, otra es Ferrari, cuya mayoría accionaria está en manos de la familia Agnelli. ¿Quién son ellos? Los históricos propietarios de la Fiat y también de la Juventus, el club donde Dybala patea la pelota.
Dybala es compañero de delantera de Cristiano Ronaldo, el eterno archienemigo de Lio Messi. Aunque el conjunto blanco y negro -conocido como "La vecchia signora"- tiene a dos de los mejores jugadores del mundo y en el resto del equipo posee un verdadero seleccionado, los sueños de ganar la Champions League se les han visto frustrados sistemáticamente.
Los Agnelli ya no saben qué hacer para recuperar el mayor título de nivel europeo, que no conquistan desde 1996. La Juve es el mayor perdedor de finales por la orejona: jugó 9, ganó 2 y perdió 7.
El "coche" que se compró Dybala es impactante desde lo visual pero también en lo tecnológico. Sus "mil" ventajas desde ese punto de vista pueden sintetizarse en dos datos demoledores: puede ir de 0 a 100 kilómetros por hora en poco más de tres segundos, y si Dybala apreta el aclerador a fondo manejará un auto que irá a 350 kilómetros por hora. Asi es: más veloz que un Fórmula Uno.
Dybala y Oriana ya se subieron al Lamborghini y lo manejaron un ratito, aunque por el momento fue el delantero el que se sacó fotos con el vehículo. "Ahora que metí los 100 goles con la Juventus me lo compré. Esperé unos años antes de comprarlo, pero ahora es una lección de humildad, un honor y un privilegio poder tenerlo", dijo La Joya. "Un Lamborghini tiene que ser amarilllo. Me encanta lo impactante que se ve y me identifico a la perfección con él: es joven y transmite fuertes emociones, con sólo mirarlo o al conducirlo", escribió Dybala en sus redes sociales.
