Las redes sociales tienen su propio ritmo. Son capaces de consagrar y defenestrar o de apoyar y rechazar a la misma persona en cuestión de horas, minutos...¡O segundos! Le sucedió al periodista Diego Poggi, quien pasó del cielo al infierno en un par de tuits.
El último viernes, Poggi generó una infinita muestra de solidaridad y apego al contar que su padre había reaccionado mal cuando le dijo que se iba de vacaciones con el novio. "Muy linda noticia. Nunca la quería haber escuchado. Olvidate que tenés papá" le escribió el hombre por Whatsapp. Desde que publicó eso, miles y miles de usuario le acercaron su voz cálida y afectuosa.
Pero hubo algunos que, aún en el apoyo, le manifestaron que buena parte de los "derechos conquistados" por la sociedad se lograron durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner en el período 2003-2015, tramo en el que se sancionaron, por ejemplo, las leyes de Matrimonio igualitario y la de Identidad de género. Poggi es abiertamente "Anti-k".
"La homosexualidad no es una enfermedad, ser Kirchrnerista sí" escribió Poggi y las redes, que antes lo habían apoyado cuando contó lo que le dijo su padre, esta vez se le vinieron encima.
Filoso y punzante como muchas otras veces, Poggi le contestó a una de las cuentas de Twitter que le habían hecho un comentario de ese tipo. Pero en su afán de responder con ironía, esta vez hay que decir que mordió la banquina y se fue al pasto. Porque después de hacer algunas consideraciones acerca de sus pensamientos, dijo que "la homosexualidad no es una enfermedad mental, el kirchnerismo sí".
Las redes volvieron a reaccionar de inmediato. Pero esta vez, en su enorme mayoría, para quitarle el apoyo que le habían brindado antes o para manifestarle que había incurrido en un error grave, máxime viniendo de un comunicador social. Incluso, otros tuiteros completamente anti peronistas le señalaron que estaba mal lo que había escrito.
"Uno puede estar en disidencia con el accionar de ese partido político e incluso pensar que es lo peor para la Argentina, pero jamás se puede caer en este tipo de agresiones ni se deben utilizar las enfermerdades para atacar a alguien" le escribieron a Poggi.
Tan grande fue el repudio a esa afirmación del periodista que una cuenta "desconfió" de su historia y aseguró que, en verdad, el papá del colega conocía la historia hace 10 años y hasta come con su yerno. Poggi le salió al cruce como si fuera un zaguero persiguiendo a un centrofobal que se escapa libre y con pelota dominada a posición de gol.
"No te conozco y dudo que tengamos gente en común porque mis amigos son buena gente. Lamento que mientas de esta manera, pero bueno viendo de quién sos fanático tampoco me extraña. La próxima arrobame y no seas cagón" replicó Poggi a ese usuario.
Frente a la tonelada de críticas que recibieron sus palabras, Poggi borró el famoso tuit y se limitó a contestarle a un usuario que le escribió "porfa, Diego. Una enfermedad mental es otra cosa. Hay gente que sufre por esto, y ni siquiera tiene la posibilidad de salir de este clóset. Porque es una prisión". "Gracias por el mensaje. Solo recibí odio de esta gente y escribí eso. El fanatismo desmedido me hace pensar en distorsiones cognitivas" respondió el periodista.
