La blonda aprovechó para lanzar un chiste sobre los rumores de un acuerdo entre la pareja y Telefe.
Wanda Nara rompió el silencio por primera vez, luego dela polémica que se armó entre ella, Mauro Icardi y la China Suárez. Aunque se esperaba que la blonda hablara de todo y destrozara a la tercera en discordia, tal como lo hizo en redes sociales; la realidad es que se mostró bastante tranquila y muy confiada de su marido, aquel que buscó a otra.
Desde que se supo que la pareja estaría en un mano a mano con la número uno de Telefe, cientos de rumores comenzaron a correr sobre un acuerdo millonario entre la representante deportiva y la producción del canal. Los medios le inventaron acuerdos a todo el mundo, desde la China en petrodólares, hasta la rubia millonaria.
Pero Wanda no es nada tonta y en cualquier momento en el que puede salir a defenderse lo hace. Tal como lo hizo anoche durante su charla con Susana, cuando ingresó Icardi para sumarse a lo que sería, según dicen muchos, la entrevista del año. Humilde y carismático como siempre se mostró, el jugador llegó con la mejor onda.
Ni bien alcanzó a sentarse, Mauro lanzó: "No estoy arreglado para estar acá". En ese preciso momento, Wanda se dio cuenta que ese era el segundo adecuado para meter su palabra y aclarar los rumores. "¿Cómo no estás arreglado?", lanzó pícara la empresaria para luego tirar una especie de chiste con indirecta para los medios.
Pero Icardi estaba en su mundo y no captó la intención de su esposa, por lo que respondió: "Vine así nomás". Rápidamente Nara aprovechó para lanzar su aclaración e ironía: "Ah, pensé que querías cobrar por estar acá". Susana un poco nerviosa intentó cortar con el momento y consultarle a Mauro sobre lo sucedido.
Y como siempre, algo debía pasar. Luego de hacer la presentación del jugador que armó el mayor drama del año, Susana publicitó a "La Segunda", generando ciento de memes y comentarios en Twitter donde decían que no podía ser más inoportuna. Justo en una entrevista de infidelidad, la diva mencionó a una segunda. ¡Un papelón!