Qué es de la vida de Lorena González, la primera eliminada de la historia de Gran Hermano: intentos de suicido y fobia a la fama – Revista Paparazzi

Qué es de la vida de Lorena González, la primera eliminada de la historia de Gran Hermano: intentos de suicido y fobia a la fama

El debut del reality se realizó hace dos décadas atrás, pero aún hoy sus protagonistas analizan cómo fueron aquellos días de encierro y distancia familia.
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Intentando innovar en la pantalla chica y en la búsqueda de un formato que cautivara al público sin límite de edad, se creó en la televisión el exitoso programa conocido como Gran Hermano. Sin embargo, años atrás, cuando surgió esta idea, todos los usuarios activos de la televisión se sorprendieron al encontrarse con algo totalmente novedoso.

Y es que la consigna era confusa ya que solamente se basaba en un grupo de jóvenes encerrados en una casa, sin contacto con el exterior y con las cámaras y los micrófonos encendidos constantemente para así, poder ver su convivencia. 

No obstante, el fenómeno nació en Holanda y logró cautivar todo Europa para más tarde instalarse en Argentina y revolucionar una era televisiva por completo instalando así la idea de un reality. 

Fue en marzo del año 2001 cuando se abrieron las puertas de la casa más famosa del país y en donde los participantes ingresaron con sus pequeñas valijas para sumergirse en una nueva experiencia que cambiaría, sin dudas, sus vidas por completo.

Hubo más de 60 mil personas anotadas en la inscripción que comenzó un año antes de su debut, y tan solo 12 fueron los elegidos para este proyecto. Pero a quince días de haber hecho su gran aparición en la televisión, llegó la primera eliminada de la historia: Lorena González

Luego de dos décadas de aquella primera edición, la ex hermanita habló con Teleshow y reveló cómo es hoy en día su vida y qué cosas recuerda de aquella casa. Asimismo, picante, explicó el por qué decidió inscribirse en aquel programa: “Una persona en sus casillas, centrada, no hace un reality como este. Tenés que estar muy vulnerable. O no tener un carajo que hacer”.

LORENA INGRESÓ A GRAN HERMANO SIENDO MUY JOVEN

En aquel momento, Lorena vivía en Buenos Aires a pesar de ser oriunda de Río Gallegos, y estaba sola con su pequeño hijo Franco a tan solo cinco meses de haberse divorciado: “Después de diez años de casada creía que tenía la familia feliz: el perro, el gato, el hijo... Y me encontré con una situación donde no la estaba pasando bien. Anímicamente no me sentía muy bien”.

“Un sábado a la noche una amiga se quedó conmigo para que yo no estuviera sola en casa. A la mañana siguiente estábamos tomando unos mates, haciendo zapping, cuando le dije: ‘¡Eso es lo que voy a hacer!’. ‘¿Qué es eso?’. ‘No sé! Están preguntando si te animás a ser vos...‘. Fue la primera publicidad que hicieron de Gran Hermano.Y ese ‘¿Te animás a ser vos?’ me atrapó”, agregó nostálgica mientras recordaba aquel día. 

Instatáneamente levantó el teléfono y se comunicó con la producción, que luego de un par de preguntas le confirmaron que estaba convocada. Y con los nervios y de la emoción de una nueva aventura, la ex hermanita dejó a su hijo a cargo de su padre sin saber si estaría 20 días o cuatro meses alejada de ellos. 

Sin embargo, a la hora de describir si se arrepiente o no de aquella experiencia, Lorena la catalogó como “dentro de las peores decisiones, fue la mejor” que tomó en su vida. Dentro de ese contexto, aclaró que también la empujó a entrar a la Casa el sentirse vulnerable y hasta con pensamientos suicidas:“A la noche me sentaba en la cornisa del edificio en el que vivía porque me daba exactamente lo mismo estar parada ahí, a metros de poder caerme. Y tal vez, hasta lo pensaba”.

“A la noche me sentaba en la cornisa del edificio en el que vivía porque me daba exactamente lo mismo estar parada ahí, a metros de poder caerme. Y tal vez, hasta lo pensaba”

Continuando con su relato, reveló cómo fue una de las peores experiencias de su vida: “Yo era consciente de que no estaba psicológicamente bien. Miro para atrás y noto que esa etapa mía, en la que yo pensaba en suicidarme, en la que sentía que mi vida no tenía sentido, que no tenía mucho para darle a Franco, fue la peor etapa de mi vida...”

“Me acuerdo y me quiebro... No lo recuerdo desde hace mucho ese momento. Era una persona que a este formato le servía porque no le importaba lo que le pasaba. Por eso me eligieron: porque podía ser una bomba de tiempo para un formato que a lo mejor le generara mucho rating”, concluyó con los ojos cargados de lágrimas. 

ACTUALMENTE LA EX HERMANITA AGRADECE SU PARTICIPACIÓN EN LA CASA MÁS FAMOSA

Pero su salida del programa, y encima siendo la primera, no fue nada sencilla tampoco, y Lorena reveló el terror que tenía al ser reconocida: “Vivía de gorrita y anteojos para que la gente no me conociera cuando salía. Y tenía rotos los nudilllos de las manos... Me paraba en algún lado, mirando una vidriera o cualquier cosa, y desde adentro sabían quién era. Entonces me volvía llorando a mi casa, pegándole a las paredes. O bajaba corriendo del departamento, compraba en el supermercado y me volvía a meter. Tenía un nivel de fobia importante”.

“No estaba preparada psicológicamente para poder manejar eso afuera. Y que todo el mundo se codeara (al verme), hablara de mí, me criticara. Y en realidad, no entré buscando eso: yo quería los 200 mil dólares. La gente me agredía y me insultaba en la calle. Pero también estaba el que me arrancaba un pedazo de pelo para tenerlo en su casa. Es tan perversa la sociedad... Eso era Gran Hermano”, explicó con pesar. 

LORENA POSÓ JUNTO A SU HIJO, QUIEN SE DEDICÓ AL MUNDO DE LA MÚSICA

Pero el tiempo pasó, y logró dejar de ser una figura reconocida para poder adquirir nuevamente su vida normal. En 2005, tras incursionar en la gastronomía y la decoración, retomó a la empresa de su ex esposo y allí continúa actualmente como directora y accionista. Por su parte, su pequeño hijo ya no es pequeño, sino que está a punto de cumplir 27 años y es músico y compositor; e igual que su mamá, quiere mantenerse sumamente alejado de los medios de comunicación. 

“A mí nadie me obligó a entrar a Gran Hermano: me anoté con convicción, no me preguntes por qué. Ahora, ¿qué me pasó después? No era lo que tendría que haber hecho: tendría que haber buscado ayuda psicológica para contenerme a mí, o a mi hijo. No fue la mejor elección que tomé: me alejé de mi hijo cuando nunca me había separado un minuto de él. Pero busco el lado positivo de esa mala decisión: tendría que agradecerle a Gran Hermano que no me haya matado...”, concluyó reflexiva y agradecida de la segunda oportunidad que le dio la vida. 

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