Como todas las semanas, Flor Vigna entrevistó a los participantes de MasterChef a fin de averiguar cuál es el plato que menos les gusta o que no comerían. El primero en contestar fue Fede Bal, que respondió sin dudarlo: “No puedo comer el alcaucil. Hacía una vinagreta mi mamá y mi viejo lo mojaba ahí y a mí me daba asco”.
Por su parte, El Polaco contó: “Soy una persona que come de todo, no tengo problemas. Lo único que antes me molestaba un poco era lo agridulce. Tipo la pizza con ananá o esas cosas raras, pero ahora lo como”. Rocío Marengo, por su parte, ya fue más rebuscada a la hora de exponer lo que no comería: “El erizo no me gusta. En Chile se come y a mí no me gusta nada. Hay gente que le encanta”.
Sofía Pachano explicó: “Estuve media hora para comerme un mejillón. Media hora. Era muy chiquita y estaba toda mi familia insistiéndome para que lo pruebe y no quería. De ahí me quedó el trauma por los mejillones y no volví a comer hasta creo que a los 20 años”.
Otra de las que reveló aquello que no le gusta de alimentos fue Claudia Villafañe: “Con el seso. Ya nos tocó acá, ya lo cociné y mi mamá siempre hizo canelones de seso y nunca se los comí”.
“La mayonesa la detesto. Es horrible, blanca, amarilla, un horror. La tienen que descartar de los supermercados. La mayonesa, por más que sea lo último, no la agarro, no la toco. No agarro un saché ni en pedo. Le tengo un asco. Yo levanto toda la mesa, pero el sache lo dejo arriba y lo levanta otro”, contó Belu Lucius.
El Turco García contó que no le gustan la alitas de pollo: “Me da asco. O las patas de chancho. He comido paloma, la torcaza. Le sacas el buche y he comido en Fiorito. Con la gomera íbamos, con el matagatos, balines, para comerla. No es que matábamos por diversión”. Analía Franchin fue más extensa en lo que “no” le gusta de alimentos: “El conejo, el pato y las patas de rana”.
