Bake Off ya transcurrió varias semanas de esta nueva temporada, por el momento no ha logrado el efecto pretendido por Telefe en cuanto a las mediciones, que distan enormemente de lo que causaron MasterChef y La Voz Argentina.
Lo cierto es que para esta edición del reality, la producción no logró convencer a Christophe Krywonis, quien se bajó del proyecto por una multiplicidad de factores, pero que dejó un hueco difícil de llenar, por su personalidad, esa prestancia que conjuga rigidez y empatía.
En esa línea, el cocinero ya encontró un nuevo proyecto profesional, que se vincula con su expertise, la cocina, dado que estará al frente de un envío dedicado a las parrillas. Una especie de competencia entre personas que se perciben como fanáticos de las brasas.
En todo este contexto, Christophe también vive otra arista maravillosa, una posibilidad de compartir tiempo de calidad y también una oportunidad laboral con su hija Lola. Sí, el francés se sumergió en una propuesta de un banco para juntarlo con su heredera para filmar una publicidad.
De esta manera la joven de 25 años aceptó el reto y jugó delante de las cámaras con su papá, ya que la idea es promocionar un programa para que los hijos de clientes, entre 18 y 28 años, puedan vivir una experiencia. Lo cierto es que Lola se divirtió a pleno con Christophe.
El chef tiene otra hija, Zoe, que fue mamá a los 16 años y le dio dos nietos, Bianca y Felipe, por quienes siente un amor inconmensurable. De hecho, se declaró como mucho mejor abuelo que padre. “Todo lo que tengo que agradecer en mi vida, es mis hijas y mis nietos. Soy un agradecido por la familia que tengo, realmente”, explicó en una ocasión.
En cuanto a Lola, se dedica a las artes, a partir de un talento inmenso para el dibujo, los retratos y el manejo de expresiones creativas para construir escenografías o instalaciones muy modernas y cancheras. En varias ocasiones, Krywonis posteó situaciones cotidianas muy divertidas con Lola.
