Asombrada, famélica, dolorida, cansada y feliz. Un carrusel de emociones para Connie Ansaldi, que experimentó un raid extensísimo para aterrizar en tierras de Miami.
La afamada influencer, publicista y comunicadora decidió realizar un registro de todos los pasos que vivió en las últimas horas en su viaje a Estados Unidos. Casi como un reality, o un documental, de ese cruce por los aires.
Connie armó una serie larguísima de stories, desde el punto cero, que fue su llegada al aeropuerto de Ezeiza. Evidentemente el viaje dispuso de varios contratiempos como la comida en el avión, la escala prolongada en Panamá y principalmente el control exhaustivo en el aeropuerto de la ciudad norteamericana.
"No saben la cantidad de preguntas que te hacen, hasta le tenés que mostrar la plata que traes", describió Connie.
“Me largo a llorar, no hay nadie el freeshop en Ezeiza. Que salame que soy me olvidé el cuello para dormir. Voy a sufrir”, fue contando Ansaldi de las primeras instancias de su raid.
Ya con una cara de cansancio, la blonda realizó un reclamo a la aerolínea: “Resulta que retrasaron el vuelo por desperfecto del avión, quedamos en el aeropuerto en Panamá. Muy lindo toda la experiencia en Copa. No viajen con ellos”.
"Desde ayer a las 4 de la mañana que estoy sin comer, porque resulta que te dan una viandita con una barrita y una medialuna", se quejó Ansaldi.
Tras atravesar los escollos, la incomodidad física por tantas horas en las nubes, Connie contó el mal momento que transitó en el pase por la aduana: “Llegamos a Miami sanos y salvos. No saben las cantidad de preguntas que te hacen, hasta le tenés que mostrar la plata que traes. Nunca me hicieron tantas preguntas”.
Luego, la emprendedora describió con sorpresa lo que encontró en la terminal: “El aeropuerto de Miami que siempre está al palo, no hay un alma, miren lo que es esto”.
Y para el final, Connie detalló su bronca, así como su impericia, por la ausencia de comida en el avión. Con un lenguaje corporal de extremo agotamiento exteriorizó: “Desde ayer a las 4 de la mañana que estoy sin comer, porque resulta que te dan una viandita como cuando te vas a Mar del Plata, que adentro tiene una barrita de cereal y una medialuna de jamón y queso. Y la boluda pensó que después viene la comida, especulé con un mejor menú y no comí y nunca vino la comida, era eso porque a raíz del covid no te dan de comer”.
