Escapó de una situación límite, de esas que obligan a toparse cara a cara con un abismo enorme, profundo y aciago. Soledad Aquino evitó la muerte en los últimos meses, tras conseguir el trasplante de hígado y sobre todo al superar dos infartos en esa operación.
La madre de Candelaria y Micaela Tinelli transita por un periodo de mucha luz, de aprendizajes y de tomar otra dimensión de la vida. Una especie de segunda oportunidad, que agradece y que exprime al máximo en cada día, cada minuto y cada segundo.
Respecto a su actualidad, Soledad describió cómo se desarrolla su cotidianidad: “Estoy muy bien. Comparo cosas que vivía el año pasado y me veo manejando, haciendo gimnasia, y no lo puedo creer. Se me vienen imágenes y situaciones del año pasado, es como que se queda impregnado".
En esa entrevista que le cedió al programa Mamá felices, Aquino soltó, tal vez de manera inconsciente, un secreto familiar impresionante, que involucra a Marcelo Tinelli y a una experiencia horrenda, llena de dolor. “Con Marcelo perdimos el primer bebé”, expresó.
En la continuidad de ese episodio angustiante, que el animador nunca compartió en el plano público, Soledad exteriorizó: “Nunca lo dijimos, más Marcelo que no lo dice nunca. Estuve en terapia intensiva un mes y el bebé se murió. Pobre Marcelo, lo enterró solo porque yo estaba casi muerta".
Afortunadamente, el matrimonio pudo superar ese trance y el destino les abrió las puertas a nuevas oportunidades, para lo cual también influyó una ayuda muy especial. "Fui con un teólogo a una iglesia de Vicente López. Y me pidió una moneda y me dijo 'De este lado es la fe y de este, el miedo. Vos tenés que poner todo en la fe. Vas a tener hijos de vuelta'. Me fui encantada porque tenía un aura tan rara... Y a los 10 meses quedé embarazada de Mica", manifestó.
