Tomás Holder se presentaba como un chico duro y "avasallante", que había entrado a Gran Hermano con un sólo objetivo: ganar. Sin embargo, el influencer que fue el primero en quedar fuera del juego, con los días demostró que sus músculos gigantes son una pura coraza para proteger una gran sensibilidad.
Así lo dejó en claro Holder al salir de la casa, cuando en la noche del lunes habló a fondo con Santiago del Moro y los integrantes del panel de debate, y dio detalles de cómo es su difícil relación con su padre, a quien ve poco, y el papel clave que siempre tuvo su mamá, Gisella Gordillo.
El rosarino, que tuvo varias polémicas dentro del reality, habló de sus dos hermanitos, Alma, de 10, y Milo, de 9. “Son re chicos, me hubiera gustado que sean más grandes para que puedan compartir y terminar de entender todo esto”, dijo. Entonces, Nancy Pazos se metió en un tema delicado: el ACV que sufrió Gisella en 2020.
Con la voz quebrada, Holder reconoció lo duro que fue atravesar ese momento: “Fue súper difícil en todo sentido. Me acuerdo que cuando vi a mi vieja internada, me partió”. El joven, que entonces tenía 19 años, recordó que al verla le agarró la mano y le dijo que la amaba.
“Le dije que no me falte nunca”, rememoró Tomás, con lágrimas en los ojos, y explicó: “Mi vieja es mi cable a tierra. Yo en ese tiempo no estaba laburando, no estaba generando ingresos y mi vieja estaba quebrada mal. Le pasaron todos los problemas de salud, todo eso, y no sabíamos que hacer”.
“Yo no vengo de una familia multimillonaria como pueden pensar por los Tik toks, que piensan que por ser influencer tenemos todo, y no es así. Y yo no era ni conocido entonces”, señaló sobre lo difícil que fue sobrellevar esa situación en la que tuvo que ponerse su familia al hombro.
“Tuve que bancar a mis hermanos, ser el hombre de la casa”, dijo Tomás, completamente sensibilizado por el recuerdo de ese momento en el que pensó lo peor.
