A poco más de una semana de recibir un duro golpe familiar, Martita Fort protagonizó un accidente de tránsito que terminó siendo asistido por dos ambulancias del Same y los bomberos. Fue el jueves 15 de julio, en horas de la noche, cuando Martita y un amigo se dirigían a cenar a Kansas, un conocido restó sobre Avenida Del Libertador, en Palermo. Y allí fue cuando sufrieron las consecuencias del terrible choque.
Si bien la hija del chocolatero, Ricardo, no manejaba y si lo hacía su amigo, el impacto los asustó. Según contaron testigos un Renault Clio se los “llevo puesto”. Y si bien Martita y el conductor no sufrieron heridas de grave, quien estaba en al auto que los embistió sí. Inmediatamente, tuvo que asistir al lugar personal médico y de Bomberos para sacarlo del rodeo rodado.
Ella y su amigo se quedaron en el lugar hasta que la policía consideró que el hecho estaba resuelto y quienes estaban en el otro vehículo recibieron la correspondiente ayuda médica.
En las imágenes se ve la magnitud del despliegue que se generó sobre una de las avenidas más transitadas de la Capital Federal, tanto mano al centro porteño como en su camino de acceso a la General Paz.
LA HIJA DE RICARDO ESTABA YENDO A CENAR CON AMIGOS
Y aunque pudo ser mas grave y, se puede decir que Martita la “sacó barata”, en las fotos se aprecia lo cruento del choque que dejó a uno de los dos móviles casi destruidos en su frente. Para Fort -que de jovencita sufrió transtornos alimenticios- no fue, claro, un episodio más. No solo por la preocupación que le generó el choque sino que viene de perder a su abuela, Marta, fallecida hace pocos días atrás.
Ese duro golpe, impactó en toda la familia, tanto en Martita como en Felipe, que tenían una estrecha relación con su abuela y era uno de los lazos mas allegados que los unía a Ricky (que tenía una obsesión con cambiarle el look), su papá, fallecido hace ocho años.
Por supuesto, su cena fue suspendida y el encuentro con sus amigos, comiendo algo rico y recordando este momento, quedará para los próximos días. Primero, a recuperarse del susto, lo que llevará el correr de algunas horas.
