Pasar este periodo de fin de año y temporada veraniega de descanso en un lugar tan hermoso como el sur del país es, sin dudas, una de las mejores maneras de atravesar esta etapa. Abrir las ventanas y encontrarse con un paisaje donde la naturaleza es protagonista reconforta el alma.
Y quien tiene el privilegio de transitar el periodo estival es la modelo Zaira Nara (31), junto a su pareja, Jacob von Plessen y sus hijos, Malaika y Viggo Silvestre. Pero eso no fue todo, dado que la modelo logró reencontrarse y acobijar en su lugar a Wanda Nara y Mauro Icardi, además de sus hijos, e incluso la madre de ambas, Nora Colosimo.
En ese rincón maravilloso, y encantador, del territorio argentino Zaira disfruta a pleno del rélax, del contacto con la naturaleza, de los encantos de las montañas y los ríos cristalinos. Ni hablar de todas las posibilidades para jugar para los niños, por eso en las redes sociales tanto Wanda, como su hermana, exhibieron los divertimientos de los pequeños, como montar a caballo, bañarse en los torrentes patagónicos, correr a mansalva por las extensas superficies.
La impresionante casa, con puertas de vidrio repartido, inunda el espacio con luz y calor. Una extensión de campo se abre e invita a hacer largas caminatas o paseos a caballo. Los muebles, de madera maciza, rústicos, acompañan la decoración gauchesca del lugar. El baño, un espacio blanco, y con sanitarios antiguos le dan un toque chic.
Zaira acompaña la onda de su Jacob, quien es coordinador y organizador de safaris por África y expediciones en La Patagonia. Mientras que Zaira opta por un estilo más hippie chic, Wanda elige la modernidad y el glamour. Obviamente, las dos siguen de cerca el último grito de la moda, pero cada una atiende a su propio estilo.
A pesar de todas las comodidades de la cabaña, Wanda se alojó en una carpa instalada en el jardín, pero no es una carpa cualquiera, sino que se enrola en la práctica conocida como glamping. La tienda de acampar se halla inmersa en una estructura enorme de madera y en su interior brillan los encantos de un cuarto de hotel.
